Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
No hubo sorpresas en Mendoza. No podía esperarse ninguna sorpresa. Un oficialismo provincial golpeado y anárquico luego de una sucesión de derrotas lógicas no podía ofrecer mucha resistencia ante un espacio opositor que consolidó su lugar de liderazgo entre los mendocinos.
El frente radical-macrista, en cambio, mostró la tranquilidad de un triunfo esperado pero también las sonrisas de satisfacción por otra etapa cumplida con guarismos superadores. Los pocos datos oficiales que se conocían al cierre de esta edición confirmaban que existía una sensible mejora en la captación de votos con respecto a las PASO de agosto.
No le alcanzó al justicialismo mendocino con la figura de Daniel Scioli. Posiblemente la tendencia hacia el 22 de noviembre resulte irreversible y le depare al Frente para la Victoria local una nueva frustración. Así parecieron entenderlo algunos de sus dirigentes y candidatos, que dijeron anoche ante los periodistas que la próxima apuesta será dentro de dos años, cuando se realicen elecciones parlamentarias.
De todos modos, le deben en el PJ mendocino alguna satisfacción a Daniel Scioli. La segunda vuelta presidencial del mes próximo obliga a poner toda la atención en esa crucial elección. Posiblemente esa instancia sea la que vuelva a demorar un debate que se debe, y que dará, el todavía oficialismo provincial.
Sorprendió ayer en el oficialismo mendocina la derrota en algunos departamentos que habían sido retenidos en la elección provincial de junio y que en las primarias abiertas nacionales habían tenido, también, un resultado favorable.
No tardaron en llegar algunas reacciones de fastidio de dirigentes con mucha trayectoria, como Patricia Fadel, que dijo por radio que “históricamente en Mendoza hemos ganado por colarnos por el medio”. Y criticó duramente a la cabeza de la estructura, apuntando contra Francisco Pérez y Carlos Ciurca porque no estuvieron ayer en Mendoza. “Deberían haberse quedado en la provincia”, sostuvo la ex legisladora, que así expresó su bronca, y la de muchos, por el viaje de la dupla gubernamental al festejo frustrado de Scioli en Buenos Aires.
Sin embargo, están quienes vuelven a insistir con una necesaria renovación dirigencial, tema que seguramente dominará la discusión en los próximos meses, cuando termine este extensísimo año electoral que muchos justicialistas querrán borrar lo más rápido posible.
Carga el justicialismo mendocino con la reprobación popular por dos gestiones consecutivas de muy flojos resultados. Los cuatro años que le correspondieron a Francisco Pérez, a punto de cumplirse, agravaron las peleas y desinteligencias internas y llevaron al peronismo a su actual confusión.
Es por ello que queda como posible tabla de salvación, o por lo menos como un paliativo después de tan nefasto ciclo de caídas, que la tendencia que marcaron las elecciones generales ayer se pueda revertir en noviembre a favor de Scioli. Aunque probablemente los más pensantes y sensatos dirigentes que quedan a salvo del “incendio” consideren que ha llegado el momento de barajar y dar de nuevo.
Posiblemente sea lo más atinado si se tiene en cuenta que en no mucho tiempo más le corresponderá al justicialismo comenzar a ocupar el rol de oposición en la provincia, para lo cual deberá organizar a su tropa fundamentalmente en la Legislatura. Esto mientras se consuma la lenta y triste retirada del Gobierno. Esta transición interminable por culpa de Pérez y parte del PJ pasará a ser cada día más larga y dolorosa, justamente, para Pérez.
De festejo en festejo. Para el radicalismo y sus socios electorales, en cambio, la de ayer fue una nueva jornada llena de satisfacciones. "Hicimos lo que teníamos que hacer", era anoche la eufórica reflexión entre los ganadores de Cornejo y compañía. Y apuestan a obtener una diferencia mayor cuando en noviembre se vuelva a votar en el balotaje.
Los amplios resultados que favorecieron al frente Cambiemos en Mendoza en esta oportunidad contaron con un gran ganador, Julio Cobos, el dirigente con mayor intención de voto en la provincia en los últimos tiempos, según casi todos los sondeos, que una vez más traccionó a favor de sus pares de la lista de diputados nacionales y, lógicamente, de Mauricio Macri.
Definida la contienda nacional con los candidatos al Congreso de la Nación ya electos, Cornejo y su equipo ya deben ponerse definitivamente a planificar la acción de gobierno que les tocará asumir en diciembre.
¿Qué se puede esperar con respecto a Mendoza, de parte del gobierno nacional, en estos días que transcurrían hasta el 22 de noviembre? Saben en el radicalismo que Pérez de alguna manera tiene asegurados los recursos para hacer frente a sueldos y principales obligaciones hasta el final de su mandato, luego de que la actual conducción económica nacional se negara a avalar el pedido de endeudamiento que había consensuado el Gobernador con Cornejo y le asegurara la parte indispensable para terminar.
Anoche los dirigentes que acompañan al mandatario electo en el manejo de la transición pensaban que probablemente la Casa Rosada decida apuntar con más recursos hacia los centros más poblados para intentar revertir la mala performance de ayer.
Los que se quedaron con las manos vacías. El massismo y el Frente de Izquierda (FIT) se anotan a continuación en la grilla según los resultados de ayer. Había expectativa en el primero de estos espacios con la posible obtención de una banca en la Cámara de Diputados de la Nación, pero no pudo ser. La continuidad de este sector, que apeló a profesionales conocidos del medio pero ajenos a la política tradicional, dependerá de la consolidación nacional de su partido que pueda efectuar Sergio Massa después del proceso electoral que concluirá dentro de un mes.
En cuanto al FIT, se mantiene prácticamente en los porcentajes con que sorprendió en la escena política provincial no hace muchos años. Es un grupo de jóvenes dirigentes que capta votos también juveniles. Continuará peleando por ser la tercera fuerza, lugar del que logró correrlo el massismo en las últimas elecciones.