El juicio que podría anular el mandato del presidente brasileño Michel Temer entró este jueves en su fase de votación, que parece apuntar a una absolución del mandatario, investigado en paralelo por corrupción.
Inicialmente, estaba previsto que los siete magistrados del Tribunal Superior Electoral (TSE) determinaran este jueves, en el tercer día de sesiones, si la reelección de 2014 de la fórmula Dilma Rousseff (PT, izquierda)-Michel Temer (PMDB, centroderecha) debía ser invalidada por abusos de poder y financiación ilegal de la campaña, dentro del megafraude a Petrobras.
Pero el tribunal suspendió los trabajos la noche del jueves tras más de diez horas de sesión, sin que el relator del caso, Herman Benjamin, concluyera la extensa argumentación de su voto -que se espera desfavorable para Temer-.
Los jueces acordaron retomar el proceso el viernes a las 12H00 GMT, cuando Benjamin emitirá el primero de los siete votos que definirán el pleito.
Pese a que muchos brasileños llegaran a ver al TSE como la vía de salida más inmediata para Temer -investigado también en la corte suprema por corrupción, organización criminal y obstrucción a la justicia-, esta posibilidad parece alejarse.
La sombra de Odebrecht.
En las tres primeras sesiones, los jueces del TSE discutieron extensamente el pedido de la defensa de excluir como pruebas las delaciones premiadas de exejecutivos de la constructora Odebrecht.
Esas declaraciones contienen las acusaciones más graves contra la fórmula presidencial, pero no figuraban en las acciones judiciales iniciales, de fines de 2014 e inicios de 2015.
Juristas aseguran que, por lo escuchado hasta ahora, cuatro jueces serían favorables a retirar las pruebas, dos de ellos recientemente nombrados por Temer.
Los otros tres, incluido Benjamin, quieren mantenerlas. De confirmarse esa tendencia, aumentaría la posibilidad de absolver a Temer, por falta de pruebas.
"La tesis principal de la defensa fue acogida por la mayoría de jueces, eso es fundamental", dijo a periodistas uno de los abogados de Temer, Marcus Vinícius Furtado.
El fundamento del proceso es "mantener la estabilidad del sistema", manifestó el presidente del TSE, Gilmar Mendes, que ha pedido "moderación" a sus colegas ante la importancia que podría tener para el gigante sudamericano perder a un presidente por segunda vez en poco más de un año.
"Está siendo un juicio tenso, nervioso, que muestra una división en la Corte, especialmente entre los dos principales protagonistas: de un lado el relator Herman Benjamin, y del otro el presidente, Gilmar Mendes", dijo André César, analista de la consultora Hold, de Brasilia.
La grabación del gigante cárnico JBS.
"Si el TSE decidiera absolver a Temer esta semana, las posibilidades de que él no acabe su mandato caerían considerablemente de 60% a 30%", dijo el miércoles Eurasia Group.
Sin embargo, la consultora subrayó que hay otro factor con potencial explosivo para al mandatario: la investigación de la fiscalía y en manos del Supremo Tribunal Federal (STF) en base a las declaraciones premiadas de ejecutivos del gigante cárnico JBS.
Entre esas declaraciones figura la famosa grabación hecha por el dueño de JBS, Joesley Batista, en la que Temer parece dar aval al pago de un soborno.
Desde que ese audio salió a la luz hace tres semanas, la suerte del mandatario pende de un hilo.
El viernes en la tarde vence el plazo para que Temer entregue por escrito al STF las respuestas a un interrogatorio de 82 preguntas sobre el caso.
El fiscal general, Rodrigo Janot, podría presentar formalmente cargos contra el mandatario en cualquier momento, aunque esa demanda que podría apartarlo del cargo debería ser aprobada por la Cámara de Diputados.
Pero hay más frentes abiertos que preocupan a Temer.
Esta semana se supo que el presidente usó un jet privado de Batista para trasladar gratuitamente su familia en 2011, cuando era vicepresidente.
Y hay un gran temor de que su cercano exasesor Rodrigo Rocha Loures, detenido por corrupción, haga una delación premiada con la justicia.
Por otra parte, su principal socio de gobierno, el PSDB (centroderecha), debe decidir el lunes si lo abandona, con la vista puesta en las elecciones de 2018.
El partido "no necesita tener cargos y ministerios para continuar apoyando las reformas", ha matizado el presidente del partido Tasso Jereissati.
"El presidente, con mucha probabilidad, no perderá aquí (en el TSE) su mandato, pero la cuestión va mucho más allá. La crisis política sigue, continúan saliendo informaciones nuevas en todo momento, prisiones de personas muy próximas a él, historias como la del vuelo (con la avioneta de Batista)", señaló André César.
Temer se mostró el miércoles desafiante.
"Conduciremos el gobierno hasta el 31 de diciembre de 2018", prometió ante medio millar de empresarios, apoyándose en el crecimiento económico en el primer trimestre del año.
Si las proyecciones de Temer fallan, el Congreso debería elegir al nuevo presidente en un plazo de 30 días, para completar el mandato hasta fines de 2018.