Habrá que esperar hasta el próximo jueves para conocer si Atlético Argentino sufrirá o no sanción por los hechos de violencia ocurridos durante el duelo ante San Martín, ocasionados por sus propios hinchas y que derivaron en la suspensión del encuentro. Faltaban 12’ cuando un ¿simpatizante? ingresó al campo de juego para agredir a la delegación visitante y generó la reacción de una veintena de barras académicos, quienes lanzaron piedras y tuvieron un duro cruce con la policía.
Alfredo Derito, Presidente del Consejo Federal de Fútbol, dejó en claro que, aunque no conoce el expediente ni las diversas actuaciones que se han labrado hasta el momento, “siguiendo el artículo 80 del Reglamento del Tribunal de Penas, le cabe una sanción al club”, y agregó: “Está en manos del tribunal. Antes del jueves no habrá resolución”.
Por lo pronto, los popes de San José ya presentaron descargo y ahora cruzan los dedos para recibir una sanción benévola. Aunque en un principio especulaban con la posibilidad de sufrir una multa económica y perder la localía o jugar a puertas cerradas, en las últimas horas se incrementó el temor. El artículo 80 es clarito y reza: “Se aplicará al/los club/s responsables una deducción de 9 a 30 puntos acreditadas que sean las responsabilidades pertinentes, pudiendo decidirse la pérdida de la categoría o, incluso, la desafiliación por el término de un año con pérdida de la categoría... Las sanciones previstas en este artículo, se aplicarán a cualquier hecho producido antes, durante o después del partido, dentro o fuera del estadio”.
Mientras, el plantel conducido por Sebastián Cloquell prepara el encuentro del próximo fin de semana. Mañana, cuando se juegue la decimaoctava fecha, la Academia tendrá fecha libre.
“Creemos que nos cabe una sanción económica y hasta jugar a puertas cerradas”, avisan desde la entidad. Mientras, rivales como Guaymallén esperan el fallo con ansias. Argentino sufre por la estupidez de sus propios hinchas.
El remisero desmintió al juez Romera
Miguel Ángel Albornoz, remisero que trabaja para la Liga Mendocina de Fútbol y que trasladó a Marcos Romera, árbitro encargado de impartir justicia en el duelo entre CEC e Independiente de Villa Obrera, al estadio de Villa Nueva, desmintió las duras acusaciones del colegiado cordobés, quien lo acusó de “insinuar en el vestuario si podíamos hacer ganar al equipo”, tal como afirmó el juez.
“Me comí un garrón. Nada que ver. Lo dejé en la puerta del estadio y me retiré. Ni siquiera entré a camarines como él dice. Se sabe que la policía no deja pasar a nadie”, contó. “Ni siquiera en el auto dije algo. No es la primera vez que traslado árbitros y sé cómo es esto”, continuó.
Respecto de por qué cree haber quedado en el ojo de la tormenta, Albornoz confió: “No sé por qué me señala a mí por esas cosas. Me como un garrón y no tengo nada que ver. Si alguien me llama o cita a declarar, iré sin ningún tipo de inconvenientes”.
En medio quedó una denuncia que se esfumó sin llegar a serlo y puso a Romera en el ojo de la tormenta más por lo declarado que por su arbitraje (“transitó por los carriles normales”, se leyó en MAS Deportes).