El ‘Juego Limpio’ necesita quitamanchas

Independiente hizo una correcta lectura de un Fair Play viciado de nulidad que reclamaba Crucero del Norte. No tenía por qué devolverla.

El ‘Juego Limpio’ necesita quitamanchas

La jugada camina por la cornisa de la ética profesional. Independiente sabe que no fue lo suficientemente correcto que debió ser y Crucero del Norte entiende también que reclama por la aplicación de un juego limpio que estaba viciado de nulidad. Argumentan, se escudan.

El Colectivero alza la voz, se siente perjudicado por un adversario desleal. La prensa posadeña, claramente parcial (calificó al árbitro de ‘caradura’ por cobrar el gol de Dolci), titula: “Sin códigos” en primera plana.

La Lepra, en una actitud más ‘a la defensiva’ retruca que el equipo local ‘hacía tiempo’. Con las cartas sobre la mesa, hay que sostener que fue correcta e incuestionable la decisión de Independiente de no devolver la pelota. No hay aplicación de ‘Juego Limpio’ que convalide el accionar del arquero de Crucero.

Arce tiró la pelota sin ninguna necesidad comprobable de requerir efectivamente la intervención médica. Ni él ni su compañero, quien también había quedado tendido en el campo de juego tras una disputa de un balón aéreo con Tarragona. La artimaña buscaba que corra el reloj. Si bien el ardid es válido en el folklore del fútbol, no deja de ser embustero.

Y justamente quien lo emplea, es el primero en salir corriendo hacia el árbitro demandando de manera paradójica por un ‘Juego Limpio’ que no tenía por qué reclamar. La Lepra no debía devolver la pelota porque si lo hacía iba a convertirse en cómplice de la maniobra ilegítima (pero válida) del local.

La Lepra, de correcta lectura, no daba lugar a la aplicación del Fair Play y jugaba la pelota. Y como en este juicio sólo los futbolistas pueden fallar a favor o en contra todo queda ahí adentro del campo de juego.

El árbitro no podía anular bajo ningún concepto el polémico gol. “Esto lo tenemos que arreglar en Agremiados, entre nosotros”, decía más tarde y tranquilo un correcto Sapito Encina.

Él, como muchos de sus compañeros, saben internamente que en alguna parte perjudicaron a sus colegas de Crucero del Norte. “No tienen códigos”, decían los futbolistas de Crucero. Claro, ‘hacer tiempo’ es una maniobra ilícita pero de uso habitual y por eso queda excluida de los códigos y del ‘Juego Limpio’.

Fingir una dolencia para pedir asistencia médica (el arquero no puede salir del campo de juego para ser atendido) es tan tramposo, si se quiere, como no devolver la pelota. Ni Crucero es tan santo, ni la Lepra es tan demonio.

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