El juego de la cita

Cada pareja es un mundo pero, cuando transcurre el tiempo, mantener el fuego encendido es una tarea de a dos. Uno de los juegos más erotizantes es el de la cita. Aquí, los detalles.

El juego de la cita
El juego de la cita

Al comienzo de una relación, ambos no pueden quitarle las manos de encima al otro, pero pasada la primera fase del enamoramiento la cosa cambia y el sexo se vuelve menos frecuente. Para que la llama del amor no se apague, la pareja puede concertar una cita para tener relaciones. A primera vista puede parecer poco romántico, pero no lo es.

Y es que uno concierta una cita para hablar con el jefe, con el profesor de los hijos o para ir al médico. Todo acaba bien registrado en la agenda personal. Pero cuando uno quiere tener de nuevo sexo con su pareja, eso no aparece por lo general en la agenda o el almanaque. Sin embargo, citarse para tener sexo es una sugerencia de expertos que las parejas pueden tener en cuenta, sobre todo cuando los años de relación van pasando.

Las parejas que llevan mucho tiempo junto constatan en algún momento que cada vez se practica menos sexo. “Cuantitativamente, el sexo se reduce, aunque a menudo viene de la mano de una mayor calidad”, afirma Rüdiger Wacker, de la Asociación Alemana de Psicólogos. En su opinión, con el tiempo aumentan la cercanía y la unión.

Sin embargo, para algunas parejas, “menos” quiere decir apenas o nada. “En algún momento todo se apagó” es una frase que escucha a menudo Wacker, terapeuta de parejas. Con todo, las pausas ocasionales son normales en las relaciones largas y no constituyen ningún drama, afirma la psicóloga Felicitas Heyne. “Todas las parejas dejan de tener sexo durante un tiempo. Todo lo demás es mentira”.

A menudo, el motivo para la pausa a la hora de mantener relaciones es la falta de atención, por la pareja y la otra persona. Esto ocurre por ejemplo en momentos en los que ambos trabajan mucho, tienen días muy estresantes y pasan pocos tiempos juntos. Sin embargo, según Wacker, una relación es algo vivo que hay que alimentar. “Para ello, uno no tiene sólo que preguntarse qué es lo que desea en la relación, sino que también tiene que preguntárselo al otro y hablar sobre qué es lo que quieren los dos”, dice el psicólogo sexual clínico Christoph J. Ahlers, de Berlín.

Mantener una relación, también una de tipo sexual, significa hacer frente a la otra, percibirla conscientemente. Para ello, hay que poder disfrutar de momentos en pareja, por ejemplo paseando juntos por la noche o pasando al menos una tarde a la semana sin teléfono móvil, sin niños, sin hablar todo el rato de la construcción de la casa. O por ejemplo haciendo juntos un viaje de fin de semana.

Heyne recomienda incluso apuntar en la agenda los momentos para tener sexo. Pues en su opinión es poco realista esperar a que dos personas con ritmos de vida, preferencias y biorritmos diferentes se sientan arrebatados por el deseo después de muchos años de relación. Otra recomendación es lanzar por la mañana una moneda al aire. Si sale cara, la pareja tiene ese día sexo, da igual cómo sea el día o si uno tiene ganas o no.

Oír hablar de sexo según calendario puede parecer poco romántico, pero Heyne indica que al principio de una relación uno también ha tenido que planificar el sexo: las primeras citas, la búsqueda del momento, de un lugar que convenga a los dos...”. Ahí hay mucho de planificación, y todo es positivo: hay alegría, entusiasmo, un cosquilleo en el estómago”, dice.

Más ideas: También se puede crear un “buzón de sugerencias” en el que ambos escriben notas con sus deseos, por ejemplo sobre el lugar o juegos de amor concretos que uno querría probar. Cada vez uno saca una nota y cumple el deseo.

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