El jefe del Pentágono, general retirado de los Marines Jim Mattis, realiza una gira por América del Sur que comenzó el 12 de agosto. Tres parecen ser sus objetivos. El primero, dar relevancia a una región que parece olvidada por Washington en cuanto a su importancia político-estratégica.
Acercándose los dos años de gobierno, el presidente Trump no ha visitado América del Sur. Iba a hacerlo en abril de este año para asistir a la Cumbre de Presidentes de las Américas –una iniciativa estadounidense iniciada en la Presidencia de Clinton– pero la agudización de la crisis siria lo llevó a suspender su presencia y el vicepresidente (Pence) se retiró antes. En setiembre de 2017, Mattis visitó México, prioridad estratégica para Washington en América Latina. Pero desde que asumió el cargo en enero de 2017 no había viajado a América del Sur. El segundo es neutralizar la influencia de China en la región, que es creciente en inversiones en infraestructura. Para la potencia asiática, posiblemente América del Sur sea la región del mundo con menor importancia estratégica. La venta de armas es baja y no hay ejercicios militares binacionales o multinacionales. Pero el Pentágono parece buscar "prevenir" que se desarrollen. El subsecretario de Asuntos Hemisféricos de la Secretaría de Defensa, Sergio de la Peña dijo respecto a esta influencia: "Son generosos con sus préstamos, pero si no puedes pagar conseguirán a cambio algún tipo de compensación". El tercer objetivo es coordinar acciones frente a la crisis venezolana, que podría desestabilizar la región. Según el Pentágono, la gira refleja los "fuertes lazos de defensa" que existen con los cuatro países que visita Mattis.
El primer país que visitó el jefe del Pentágono es Brasil, con el que EEUU ha mejorado sus relaciones militares en los últimos meses. En noviembre del año pasado, EEUU, Brasil, Colombia y Perú realizaron un ejercicio militar en conjunto en la triple frontera entre estos países sudamericanos.
Estuvo vinculado con asistencia comunitaria, hipótesis que puede darse de agravarse la crisis venezolana. Fue relevante el despliegue de tropas terrestres estadounidense en este territorio. Mattis llega en momentos que las Fuerzas Armadas brasileñas adquieren un poder político creciente en el país. No sólo han sido desplegadas tropas para dar seguridad en Río de Janeiro, las que se mantendrán hasta diciembre, sino que al mismo tiempo dos militares retirados integran la fórmula presidencial con más votos en los sondeos para la elección que tendrá lugar en octubre. El jefe del Pentágono ha dado una conferencia con su visión sobre el conflicto global y el rol de la región en el mismo, sin soslayar referencias a China y Venezuela. Además el secretario de Defensa estadounidense se entrevistó con el general Vilas Boas, jefe del Ejército y la figura de más peso en el ámbito militar.
El segundo país que visitó Mattis es Argentina, cuyo gobierno –encabezado por Mauricio Macri– ha buscado ser un aliado de EEUU en la región. El cuestionamiento del gobierno argentino al régimen venezolano desde diciembre de 2015 ha sido un punto de coincidencia muy fuerte.
Recientemente, el Presidente argentino adoptó una serie de medidas, denominadas "Reconversión Militar", que fue un paso coincidente con la política estadounidense en la región al establecer la cooperación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico. También estableció que los militares pueden actuar frente a amenazas externas aunque ellas no provengan de un Estado nacional. A ello se agrega que acaba de enviar al Congreso el pedido de autorización para realizar varios ejercicios militares bilaterales y conjuntos con las Fuerzas Armadas estadounidenses. Un tema de interés para el jefe del Pentágono puede ser el funcionamiento de una base satelital china en Neuquén, aunque la diplomacia estadounidense no haya realizado ningún reclamo formal al respecto. En la misma provincia, el Comando Sur está instalando una base para desplegar fuerzas para asistencia humanitaria. Pero la Cumbre del G20 no estuvo ausente en esta visita. La realidad es que la Argentina tiene limitaciones en materia de defensa y seguridad, que llevarán a que los EEUU desplieguen medios para dar seguridad durante este encuentro.
Chile es el tercer país que visitó el General Mattis, con el que EEUU ha tenido buenas relaciones militares desde hace dos décadas. Este país fue ampliando su participación en las fuerzas multinacionales de paz en los últimos años y ello es coincidente con la política militar regional de Washington. Tuvo una participación importante en la fuerza de paz que actuó en Haití, auspiciada por los EEUU y liderada por Brasil. Aunque Chile no se plantea, por ahora, un rol militar en la seguridad interior –como se da en México, Brasil y Colombia y en menor medida en Argentina– la posición chilena es coincidente con la de Washington en temas cruciales como es la crisis de Venezuela. La visita tiene lugar cuando se registra cierta tensión entre el gobierno del presidente Piñera y los militares chilenos, a raíz de que acaba de derogar la ley que llevaba varias décadas de vigencia, por la cual se destina un porcentaje de los ingresos que recibe el país por la exportación de cobre –la mayor producción de exportación del país– destinado al reequipamiento militar.
La gira culminó en Colombia, el aliado militar más firme que tiene EEUU en la región. Este año ha pasado a ser país asociado a la OTAN, siendo el único de América del Sur que tiene esta condición. El nuevo presidente (Duque) tiene una posición crítica del acuerdo cerrado por su predecesor (Santos) con las FARC y ya ha pedido la captura de 11 comandantes del ELN, el grupo guerrillero de menor envergadura que mantiene la lucha armada. Maduro ha dicho a raíz del atentado que sufrió recientemente, que "la oligarquía de Bogotá es el principal instrumento del imperio estadounidense" para "influir y dominar América Latina". Su tesis es que EEUU tiene a Colombia como base de operaciones para desestabilizar su régimen. Lo cierto es que la migración venezolana hacia dicho país es creciente y que los disidentes de las FARC que mantienen la lucha armada tienen a Venezuela como base de operaciones. La lucha contra la droga ocupa un lugar central para Washington porque gran parte de la producida en Colombia abastece el mercado estadounidense.
En conclusión: la visita del jefe del Pentágono a América del Sur es trascendente, no por la importancia estratégica de la región para Washington, sino como señal de que le presta un poco más de atención.