La Escobita del Este volvió a barrer y recuperó la sonrisa. Después de cuatro derrotas en serio, el equipo del Loro Ortíz recobró la memoria justo a tiempo y supo sobreponerse a una historia que había comenzado adversa.
La gélida tarde del Este tuvo un comienzo de juego entretenido. Trinidad estuvo muy lejos de evidenciar su último puesto en la tabla de la zona 7. Los dirigidos por el Oso Lavorante apostaron a una sociedad de buen pie (Guajardo-Godoy-Martiní-Martín) que alteró la planificación aurinegra.
Entonces, antes del cuarto de hora, Godoy recibió el centro de Salinas, controló con el pecho y sacó un derechazo que dejó sin respuestas a Narváez. El León sanjuanino se ponía en ventaja y le trasladaba todos sus problemas a un Jarillero que no jugaba bien.
Sin embargo, con más actitud que juego, con el empuje de Preziosa y Benito, las corridas de Cuello y la potencia el Tanque Juárez, Palmira reaccionó. La paridad llegó cuando Benito ejecutó como con la mano un tiro libre que Preziosa cabeceó, el balón rebotó en el palo y tras varios rebotes, Agüero aseguró en la línea: 1 a 1 y a volver a empezar.
Para el complemento, Ortíz se la jugó y acertó. Mandó a la cancha a Coca por Constantini y apeló a un 3-3-1-3 que hizo notar el hombre de más que tenía desde los 21’ del primer período. El Jarillero lo fue acorralando. Y luego de una gran acción entre Benito y Tersigni, el balón derivó en Juárez, quien se encargó de romperle el arco al Mono Guirado: 2-1.
Trinidad fue al frente y tuvo claras chances para igualar, pero falló. Y el Jarillero se tomó el último tren a la ilusión de seguir peleando por la clasificación.