En una de sus tantas apariciones en la cadena nacional -mal utilizada, si nos atenemos a lo que dice el texto de la Ley- la señora presidenta de la Nación anunció, con bombos y platillos y con el aplauso complaciente de sus seguidores, una serie de programas que irían en beneficio de, según dijo, miles de familias de menores recursos en “todo” el país. La jefa del Ejecutivo nacional dijo que se instrumentarán distintas líneas de crédito que comprenden un plan de regularización de deudas impositiva y previsional, que tendrá un interés de 1,9 por ciento y que, en los hechos, termina favoreciendo a aquellos que no cumplen con la ley y castigando a los que sí lo hacen.
ijo que se pondrá en marcha el programa de crédito “A Rodar”, para la adquisición de vehículos cero kilómetro para los taxistas, “que va a permitir el recambio de taxis en todo el país, para beneficio de los propietarios, de los usuarios y de los fabricantes de autos” y anunció el plan “Renovate” consistente en la renovación de heladeras, freezers y lavarropas, con un descuento de hasta 25 por ciento del precio actual. Destacó que el programa ofrece la posibilidad de ampliar los beneficios porque, si la compra se realiza un viernes o un sábado, también se podrán adquirir en 12 cuotas, sin interés, de acuerdo con lo que estipula el plan Ahora 12, que se anunció con anterioridad.
Entre otros aspectos, según la primera mandataria, la renovación de los electrodomésticos no sólo favorecerá a los distintos actores de la actividad industrial y comercial y al consumidor, sino que permitirá un importante ahorro de energía, en razón de que con la tecnología actual tanto las heladeras, como los freezers o los lavarropas consumen menos que los de modelos anteriores.
Sin embargo, el correr de los días permite advertir algunas “diferencias” respecto de los beneficiarios de los planes anunciados y muy específicamente en el de los electrodomésticos. Porque si bien -según se afirma- se han puesto en práctica de inmediato en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, en Mendoza no se tienen noticias sobre cuándo y cómo se pondrán en marcha. Por de pronto, en el sitio web donde se dieron a conocer los detalles del plan se publica un “mapa de alcance” del programa y en el mismo sólo figura el mapa de Buenos Aires, sin que aparezcan datos de las demás provincias, ni se advierte sobre cuándo podrán hacerlo, aún a pesar de que la resolución 48/2015, publicada en el Boletín Oficial, expresa textualmente que regirá en el ámbito de la “República Argentina”. Es más, ante la consulta, los directivos de las empresas que deben instrumentar el sistema señalan que aún no han recibido las instrucciones correspondientes de parte de las casas centrales, lo que determina un nuevo inconveniente.
Lo sucedido con el programa de electrodomésticos es sólo un ejemplo más de la innumerable cantidad de casos que demuestran que tanto la señora presidenta de la Nación, como los funcionarios nacionales, tienen su mira puesta en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, los lugares donde están los votos, en desmedro del interior del país. Podríamos señalar que, mientras en Buenos Aires se inauguran trenes con modernas unidades que incluyen aire acondicionado, en el interior ni siquiera se arreglan las vías férreas que podrían permitir disminuir los altos costos en transporte que deben abonarse para llevar la producción al puerto; Fútbol para Todos, que pagamos “todos” los argentinos, transmite la totalidad de los partidos en la zona antes mencionada, mientras en Mendoza muchos de los encuentros no llegan a los televidentes porque se superponen los horarios como consecuencia de que ahora el campeonato tiene 30 equipos; los funcionarios ponen especial atención en los precios que se mueven en el Mercado Central de Buenos Aires e inclusive los hacen conocer a todo el país, siendo que en el interior las verduras y las frutas muchas veces duplican esos valores. Sólo tres ejemplos de las decenas que podríamos mencionar y que demuestran que en la Argentina, mucho más durante la actual gestión, hay ciudadanos de primera -que viven en Capital Federal y el conurbano- y ciudadanos de segunda -que residen en el interior.
