El INTA y una apertura turística

Una nueva propuesta se suma a las ya existentes en Mendoza. “Turistear la Ciencia” es el nombre del programa impulsado por el INTA.

El INTA y una apertura turística
El INTA y una apertura turística

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que este año cumplirá 63 años de vida, no sólo contribuye al desarrollo sostenible del sector agropecuario del país a través de la investigación y la extensión, sino que también abre sus puertas y promueve el turismo científico.

Aunque buena parte de lo que define a nuestra provincia es el vino, el agua y el sol, también está la ciencia como palanca de crecimiento, motorizada por investigadores de muchas instituciones públicas y privadas.

Por eso en Luján de Cuyo, donde se encuentra la cabecera de la Estación Experimental Mendoza, más precisamente en el distrito Mayor Drummond, se ha puesto en marcha el proyecto “Turistear la Ciencia”, en armonía con el Ente Mendoza de Turismo (Emetur).

En esa estación, que se ubica al lado del Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú - Casa de Fader, ha dado comienzo está iniciativa, que consiste en recibir a pequeños contingentes de turistas nacionales y/o extranjeros, pero también a residentes locales, para que puedan recorrer distintos sectores de ese compleja instalación y apreciar las principales actividades que realiza.

La idea es realizar un circuito y por medio de la explicación de guías apreciar como los técnicos e investigadores desarrollan las investigación para el sector vitivinícola, que caracteriza a Mendoza, y otras labores vinculadas a la región.

En ocho pasos o senderos, se puede conocer parte de la historia del vino en la región y otras actividades agroproductivas de nuestra matriz regional.

La propuesta se suma a las rutas de atractivo enológico que tiene la provincia y al impulso que ha cobrado desde hace años el turismo por las bodegas y las fincas en producción.

Como se ha indicado, el circuito de vista consta de ocho estaciones que se recorren en contacto con la naturaleza, culminando el trayecto en la bodega experimental de la repartición, donde los visitantes hacen una degustación con los vinos elaborados, como ocurre en los paseos por los establecimientos elaboradores del resto de la provincia.

Una de las estaciones tiene por nombre Orientación de hileras de vid, y consiste en apreciar un ensayo a través de las distintas ubicaciones de las hileras de viñedos, y en tal sentido se llega a la conclusión científica de cuál es la ideal para el suelo mendocino.

Otra estación es la huerta agroecológica, donde el visitante recibe información sobre un cerco vivo de protección o cómo se puede trabajar con plantas aromáticas y favorecer el desarrollo de pequeñas huertas en los hogares.

El recorrido en la sede en Luján incluye, además de los puntos ya descriptos, el de Colección ampelográfica (variedades de la vid); Cultivares de vid no tradicionales; Clones de torrontés riojano; Lisímetro de pesada en viñedo, y Floricultura en Mendoza.

“Turistear la Ciencia” es convertir en el dialecto común de los visitantes las tareas que allí se realizan, en una forma accesible a todo el mundo. Por otra parte, el Emetur, al apoyar este proyecto, incorporó la sede del INTA al ciclo Música Clásica por los Caminos del Vino.

Esperemos, entonces, que este programa se pueda consolidar en el tiempo, y el INTA Mendoza pueda aprovechar su privilegiada ubicación para posicionarse en el cronograma turístico nacional e internacional.

No hay que olvidarse que la zona se complementa con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) (sobre la ruta 60), el ya nombrado Museo Fader y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo.

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