El informe que molestó al Gobierno

Los datos difundidos por la consultora salteña Noanomics hicieron enojar a Pérez. La inversión en obras, los gastos de capital y el peso de la deuda provincial son algunos de los ítems abordados. El ministro Costa defendió la gestión y retrucó los

El informe que molestó al Gobierno

Días atrás, una nota de la agencia DyN publicada por Los Andes sobre la escasa inversión en obra pública de Mendoza, comparada con el resto de las provincias, y basada en el informe “6 gráficos que Scioli no quiere que veas”, elaborado por la consultora salteña Noanomics, causó revuelo en el gobierno de Francisco Pérez, que salió a cuestionar los datos y hasta insinuó que presentaría una demanda judicial.

Esa nota hacía referencia sólo a la inversión local en obra pública, por habitante y por año, llegó en 2014 a 590 pesos, cuando las que más invierten superan holgadamente los 5 mil pesos.

Pero el informe de Noanomics contiene cinco gráficos más, cuatro de los cuales también muestran distintos aspectos como el dinero para inversión pública, el peso que la deuda acumulada tiene en los ingresos, los intereses que hay que pagar por esas deudas y la presión fiscal, todos temas de alta controversia en los últimos tiempos.

El dinero para obras

El primer gráfico que Noanomics muestra es el de la “participación de los gastos de capital en el total de los gastos” provinciales, mostrando los promedios de las 24 provincias desde el primer semestre de 2008 y a igual período de 2014.

Según la consultora, la que menos dinero asigna a obras públicas y transferencias públicas (coparticipación a municipios) es Buenos Aires, con 5%. A Mendoza le asigna un 13%, y si bien está lejos del 47% que presenta San Luis, se mantiene cómoda en el promedio.

Pero al profundizar el análisis, Noanomics ve una franca caída de este destino. “En 2008 Mendoza destinaba 15% a gastos de capital, en 2009 llegó a 17%, pero en 2014 sólo envió 5%”, explicó Félix Piacentini, titular de la consultora.

La cuestión empeora en lo que va exclusivamente a obra pública. “En 2008 Mendoza destinaba 8,3% y en 2014, 3,7%”, agregó.

Desde el Gobierno, Marcelo Costa (ex ministro de Hacienda, hoy de Agroindustria) consideró que el informe “carece de objetividad” y justificó que la escasa inversión pública se da “porque hay que priorizar otros gastos como salud, seguridad y justicia”, lo que se suma a la baja coparticipación nacional, “que perjudica principalmente a Buenos Aires, Capital Federal y Mendoza”, dijo, citando al Ministerio de Economía de la Nación.

En lo referido al descenso de los últimos siete años, Costa añadió otro argumento. “Las paritarias de los últimos años han hecho que el gasto de personal crezca notablemente", dijo, y sinceró: “No es que no se apueste a obra pública; siempre se hace con lo que queda”.

Sobre esto, Alfredo Aciar, economista de la Fundación Ideal, ligada a la vicegobernadora electa Laura Montero, resaltó que “no hay duda de que Mendoza ha priorizado el gasto corriente por sobre la obra pública”, informando que “hoy se invierte sólo 6% del presupuesto, apenas un punto porcentual por encima del ratio más bajo que muestra el informe”. Y sostuvo: “Esto, en términos de política económica, atenta contra la tasa de crecimiento de largo plazo”.

El peso de la deuda

Otro gráfico muestra el “stock de deuda sobre ingresos totales” al 30 de junio de 2014. Allí, Mendoza presenta 30% y se ubica en quinto lugar (Buenos Aires lidera con 41% y el menor está en Santiago del Estero y Santa Fe, con 2%).

Aquí se refleja cuán endeudada está Mendoza con respecto a sus ingresos. “Treinta por ciento significa que se tardaría un tercio de año para cancelar la deuda si dedicara todo su presupuesto a ese fin”, explicó Piacentini, que opinó que este peso “es manejable”, aunque “difícilmente podría modificarse en el futuro” porque buena parte “es en dólares”, como el bono Mendoza 18 o los créditos a dólar “linkeado”.

En disidencia, Costa señaló que cuando el PJ asumió, el stock de deuda era del 80%. “Hemos desendeudado a la Provincia”, resaltó, y aseguró que la deuda “se va amortizando” y en los próximos años “será cada vez menor”.

Para Aciar, en tanto, el crecimiento del gasto corriente (por encima del ritmo de los recursos) “llevó a aumentar la deuda de corto plazo”, es decir que se renueva “para pagar sueldos y atender provisión de insumos”, lo que consideró “el peor de los endeudamientos”.

Los intereses de siempre

El tercer gráfico es el de “participación de los intereses de la deuda en el gasto total”, con Mendoza en el segundo puesto, con 2,4%, detrás de Buenos Aires, con 3,3%.

Piacentini explicó que aquellas provincias que han refinanciado su deuda con la Nación “han logrado licuar” buena parte de lo que deben, ayudados también por la inflación. Mendoza está en ese programa, pero para los ojos del autor “hay otras deudas” que impiden que se licúe lo adeudado, “como bonos o letras emitidas, que no permiten achicar los intereses”, precisamente alternativas a los que Mendoza ha recurrido recurrentemente.

De hecho, hace pocos días venció una cuota del bono Mendoza 18, una clase de letra y el 28 de setiembre vence la última clase de las letras emitidas este año.

Piacentini y Aciar consideraron que este “no revista alto riesgo”. De todos modos, Aciar reflexionó: “El problema es por qué pagamos estos servicios de deuda. Los motivos son una mochila para el crecimiento económico y pueden volverse un problema crónico”.

Costa, en tanto, dijo que el gráfico “tiene un dato erróneo, los intereses acumulan 0,8% al primer semestre de 2014”, dijo, y citó la ejecución presupuestaria oficial.

La presión fiscal

En el último gráfico “presión fiscal: recaudación propia/ingreso provincial”, actualizado a 2013, Mendoza presenta 5,3% ocupando el 6° puesto del ranking.

En realidad el gráfico fue armado por otro economista, Federico Muñoz (FM y Asociados), que aclaró que es “una estimación en base a ingresos nominales”, midiendo lo que se recauda sobre una variable similar al PBG. Además, Muñoz indicó que los datos son de 2013 “para tener valores anuales, porque el último dato oficial era el del primer semestre de 2014”.

Piacentini aclaró que él, además, mide el comportamiento histórico de la presión fiscal y según sus estudios "Mendoza la incrementó entre 2008 y 2014 un 50%", o sea que pasó del 3,5% al 5,3%. En ese lapso, informó que también creció notablemente la recaudación, 63%.
Para Aciar, "actualmente la presión fiscal ya llega al 7%", o sea que no ha cesado de aumentar.

Claudio Gil, titular de ATM, resaltó que desde 2013 “no ha habido suba de alícuotas”, salvo por las actualizaciones inflacionarias y remarcó el crecimiento recaudatorio por la mejora en los controles. “La presión fiscal no vino por el aumento de impuestos sino por mayor gestión y control, y las facilidades generadas”.

Costa aquí volvió a cuestionar la coparticipación. “Mientras menos ingresos nacionales recibimos, más ingresos provinciales debemos generar”, dijo, y consideró que la presión fiscal “no es mala”, hablando de que los países desarrollados llegaron a serlo “por la mayor presión”.

En contraposición, Aciar opinó que esto representa “menor tasa de inversión privada y, por ende, menor crecimiento económico”

Miradas opuestas

Marcelo Costa, en coincidencia con Francisco Pérez y Rolando Baldasso en la semana, posicionó políticamente el trabajo de Noanomics. “Hacer estos análisis tendenciosos sólo buscan dañar la imagen de Scioli y ahí caemos nosotros como provincia”, dijo, y reclamó atender otros matices. “Para hacer un análisis serio, habría que incluir el per cápita de la ‘copa’ nacional, familias sin cloacas, gas, energía, índices de alfabetismo, de empleo, de mortalidad infantil, PBI per cápita”, dijo.

Por su lado, Aciar, desde lo técnico, renovó políticamente la crítica a la gestión. “El Gobierno ha hecho una muy mala política keynesiana, porque el economista inglés recomendaba sustituir la falta de inversión privada en períodos recesivos, es decir que, el Estado invirtiera (en obra pública fundamentalmente) en esos períodos, hasta que ese ciclo finalice. Por el contrario, en los últimos años en Mendoza, se decidió incrementar la planta de estatales y elevar sus salarios en forma indiscriminada (gasto corriente), lo que representa un aumento eterno del gasto estatal”..

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