Ayer, en el Dique Potrerillos, con dos regatas se cumplió con la última jornada del Campeonato del Oeste de la República para veleros de la clase J/24. Torneo, organizado por el Yacht Club Mendoza y con el auspicio de Más Deportes, que coronó al Índigo como el mejor de la clasificación general. Además de abrir el historial para las embarcaciones, de 7,32 metros de eslora (largo), en competencias oficiales en nuestra provincia.
El segundo capítulo, de la flamante circuito de la Triple Corona, culminó con una definición muy cerrada y también cargada por emociones fuertes. Porque el Top 5 de la prueba sufrió modificaciones constantes entre los veleros que no se dieron tregua para conformar el podio de la primera edición de este certamen.
En el agua fue del Morrucho, timoneado por Sebastián Halpern, quien realizó la apuesta más fuerte y se jugó a “todo o nada” con una táctica osada. El día anterior el velero, en cuyo spinaker puede leerse el slogan “Mendoza, Espíritu grande”, había recuperado el segundo lugar en la general y se ubicó en la zona de batalla por el título.
Halpern y su tripulación (Juan Manuel Monetti (escotas), Yael Malem (palo mayor) y Franco Monetti (proa), optaron por el asedio del puntero, el Índigo (de Ezequiel Depontin). Decidiendo nuevos rumbos procuraron achicar la distancia de cinco puntos con la que habían iniciado el último día.
Alentado por los resultados del día domingo, en el que sumó dos segundos lugares (en la primera y última serie) y un quinto puesto, se abrieron paso intentando dejar la Copa en casa.
Obligado a descartar los 18 puntos cosechados en la cuarta regata del sábado (porque al largar pasado fue sancionado con 18 unidades), el Morrucho no sólo regresó a la pelea sino que contaba con chances de campeonato. Pero debía cuidarse del Rina (Nico Cubria) y de Gran Carajo (Adrián Moyano), que también se perfilaban buscando un lugar en el primer podio de Potrerillos.
Despontin, que el viernes se quedó con la Copa de la Asociación Mendocina de Windsurf, lideraba la clasificatoria con 10 puntos, cinco menos que el anfitrión mendocino, y producto de cuatro primeros puestos. Por su parte, con 19 unidades, navega el Rina.
El velero timoneado por Nico Cubria, que logró el domingo un sexto, un octavo y un primer lugar, cedió el segundo plafón en la general al Morrucho y quedó alineado a una puntos de distancia del barco mendocino. Mientras que en cuarto lugar, con 20 unidades y una de distancia también de una unidad de su predecesor, se posiciona el Gran Carajo de Adrián Moyano.
La definición del Campeonato del Oeste de la República así se tornó muy emocionante, porque todas las tripulaciones contaban con chances para marcar su supremacía; más que nunca, con condiciones de viento óptimas, la batalla por definir la segunda fecha de la Triple Corona se presenta en la previa muy reñida.
Tal como ocurrió durante las regatas preparatorias, la lucha entre Índigo y Morrucho (Despontin vs. Halpern) le dio un condimento especial a la rueda de regatas en el espejo de agua precordillerano. Marcas feroces y tripulaciones hambrientas de gloria, que arribaron a nuestra provincia provenientes de Salta, Córdoba y Buenos Aires, no se dieron margen para el error.
Ayer Potrerillos coronó a su primer campeón en la categoría J/24. Y no fue un hecho menor porque inauguró el historial (esperemos que sea de una gran riqueza) de este novedoso circuito nacional. Con vientos de 22 nudos, la inteligencia y la habilidad de los timoneles para planear su táctica de carrera subrayaron esta “Odisea” que vivieron los veleros por nuestras rutas de montaña.
