El impuesto al champán

Mauricio Macri suscribió el decreto respectivo y el champán quedó otra vez al margen del pago de un impuesto interno a cambio de inversiones en la propia industria. Hay que trabajar para que ese beneficio quede definido explícitamente a través de un

El impuesto al champán

Finalmente, Mauricio Macri firmó el decreto y prorrogó, por un año más, la excepción al champán del pago del impuesto a las bebidas suntuarias. La decisión del Presidente era esperada por la industria porque significaba una erogación importante, aunque cabe advertir también que no se trata del no pago del impuesto sino de la reinversión en la propia actividad. Aunque si bien es cierto que la firma del decreto es importante, los legisladores nacionales y el gobierno provincial deben trabajar, en el transcurso del actual período legislativo, a los efectos de que la excepción quede establecida, definitivamente, a través de una ley.

El denominado impuesto al champán tiene su historia. Había quedado incluido dentro de la ley que establecía un impuesto a las bebidas alcohólicas y al tabaco, norma legal que excluía al vino. Sin embargo, en enero de 2005, se dejó sin efecto el gravamen, con la condición de que el dinero que debería erogar el industrial lo reinvirtiera en la propia empresa a los efectos de generar así nuevos puestos de trabajo. El primer decreto tuvo una duración de tres años y, a partir de allí, fue actualizado anualmente por las diferentes gestiones gubernamentales.

En ese lapso hubo presentaciones legislativas tendientes a establecer la excepción de manera definitiva a través de una ley. Una de las iniciativas correspondió al ex senador nacional por Mendoza, Adolfo Bermejo, quien logró la aprobación en la Cámara alta, pero el proyecto sucumbió en Diputados. Frente a esa situación, es necesario insistir con ese tipo de proyectos, a pesar de que no resultará una tarea fácil, habida cuenta del desconocimiento existente a nivel de la dirigencia política nacional respecto de nuestra principal industria. A modo de ejemplo concreto podríamos señalar que el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, aseguró que el gobierno de Macri defendía a los ricos al eliminar el impuesto al champán, y castigaba a los pobres al aplicar el impuesto a las Ganancias. Lo que Massa no tuvo en cuenta, o desconocía, es que quien impulsó la excepción del impuesto a través de un decreto fue su principal asesor, Roberto Lavagna, cuando fue ministro de Economía del gobierno de Néstor Kirchner.

Al decir de los industriales, Lavagna en su momento comprendió el planteo de la industria, basado en que el champán era una bebida natural, un vino, pero decidió exigir la reinversión a los efectos de evitar algún tipo de reclamo similar por parte de otras bebidas. La industria, por su parte, cumplió con las exigencias y se asegura que las inversiones realizadas superan ampliamente lo que debería haberse abonado por el impuesto. Por ese motivo también manifestaron su disconformidad ante algunos planteos sobre el tema que surgieron de parte de un legislador provincial.

Una norma legal, concreta sobre la excepción, permitirá a la industria trabajar sobre bases claras. Las inversiones en la industria son importantes y su recuperación se alcanza en varios años, razón por la cual los empresarios necesitan del tiempo necesario para establecer sus proyectos futuros. Corresponderá al Gobierno en la parte que le toque, y a los legisladores nacionales en la suya, para que la excepción del impuesto se logre por ley y no quedar a expensas de la buena voluntad del presidente de la Nación, como ha venido ocurriendo hasta ahora.

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