La gran estructura hospitalaria de Mendoza y la región Cuyo, el Central, cumple hoy 70 años ininterrumpidos de servicios. Para celebrarlo, a las 11 se realizará un acto conmemorativo y de reconocimiento a médicos que pasaron por la institución.
El Hospital Central es el último eslabón de la cadena sanitaria provincial y se constituye en el nosocomio de referencia de alta complejidad de la región oeste del país, con alta complejidad, atención de urgencias, además de funcionar como hospital escuela, donde se forman los nuevos profesionales de la medicina.
El difícil comienzo
Los inicios del Hospital Central fueron muy difíciles, complicados y llenos de peripecias. En 1938, un grupo de profesionales y políticos de la época dio forma a un gran policlínico general. La idea de entonces era dar soluciones a la creciente población del Gran Mendoza, que tenía carencias de atención sanitaria. En un predio donado por la familia Calle, comenzó a gestarse el proyecto.
Pero el 15 enero de 1944 se produce el devastador terremoto de San Juan, que causa muertos y muchos heridos. Por orden de las autoridades nacionales y provinciales, se habilita de urgencia el Hospital Central, que estaba en la parte final de su construcción, con el propósito de recibir y atender a la gran cantidad de traumatizados y lesionados que había dejado el fenómeno telúrico en la ciudad vecina.
En las aún no finalizadas instalaciones de la calle Alem se atendieron 577 mujeres y 383 hombres, de los cuales fallecieron 53 personas.
Luego de la asistencia a los damnificados sanjuaninos, el Central cerró un tiempo para permitir la culminación de la obra, que había quedado inconclusa. Finalmente, el 19 de agosto de 1945, una mañana lluviosa, se produce la inauguración oficial del establecimiento.
A los pocos años de su inauguración ya se había convertido en un referente de la salud pública provincial y de la zona de Cuyo.
A la par, en 1950, se creó la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Cuyo. Varias de las cátedras de la carrera se instalan en el Central, convirtiéndose en el principal hospital escuela provincial.
Otros hitos
Hay otros episodios de relevancia en el historial de la institución. En 1965 se instaló la misión sueca encabezada por el doctor Clarence Crafoord y durante la estadía de los científicos y médicos europeos se inaugura el servicio cardiovascular, uno de los más importantes del hospital.
En 1976 debutan los trasplantes renales de la doctora Elsa Piulat y su equipo, que realizan el primer trasplante renal del interior del país. Con el devenir de los años, llegan los progresos en hemodiálisis, y en 1998 se refuncionaliza toda la institución con una inversión de 30 millones de pesos.
La remodelación de quirófanos se produce en 2004, y el hospital comienza a efectuar trasplantes de córneas para luego incorporar el banco de ojos.
En 2006 se moderniza el servicio de recuperación cardiovascular y se instalan camas inteligentes, monitores de última generación y dos salas equipadas para trasplantes. “Hoy en día el servicio no cuenta con lista de espera”, sostiene un informe oficial.
En 2010 se hace la puesta al día del servicio de hemodinamia, al adquirirse equipamiento de última generación. Hoy el Central es referente en Cuyo en esta materia.
En 2012 el hospital apunta a la accesibilidad, con la creación de un 0-800 para solicitar turnos desde cualquier punto de la provincia. En la actualidad se reciben 500 llamadas diarias.
El año pasado quedaron inaugurados los nuevos consultorios externos. Después de estar 20 años en la Terminal de ómnibus, se trasladaron a calle Catamarca.
Actualmente está en marcha el primer centro de trasplante de médula ósea del interior del país, obra que prevé una inversión de 14 millones de pesos.
Y este año, con un monto de 3,5 millones de pesos, la institución incorporó por primera vez un tomógrafo de alta complejidad para los politraumas de guardia.
Sus actuales falencias
No se puede negar la importancia de este complejo médico, como tampoco que padece carencias graves, siendo una de ellas el déficit de camas de internación -que se siente y aprecia-. Tanto que es uno de los temas más acuciantes.
Miguel Lanchela (46, vecino de El Plumerillo) es uno de los cientos de pacientes que el domingo aguardaban una plaza para internarse por un problema de columna que sufre.
“Estoy bien aquí, pero esperando con ansiedad que me deriven a Neurocirugía”, dijo el hombre, que permanecía en el hospital de día de la institución. A su lado, su amigo Rubén Díaz (50) comentó que aunque es afiliado a OSEP, consideraba que “el Central es el mejor hospital de la provincia”.
En la guardia general del gran efector, Guillermo Weber (35), jefe del servicio en esa jornada de feriado y por ende circunstancial titular del establecimiento, dijo sentir un gran reconocimiento por trabajar en el hospital.
“Todos, hombres y mujeres, nos desempeñamos con una gran vocación, de otra forma no se podrían enfrentar las dificultades diarias, que son muchas. Aunque estamos bien equipados, debe reconocerse que hay déficit en la cantidad de camas de unidades críticas y no críticas, como por ejemplo en el área de terapia intensiva”.
El jefe del Centro de Enfermedades Cardiovasculares, Orlando Carusso (66), reconoció por su parte “el compromiso humano de los empleados por encima de los avatares políticos coyunturales. Nuestra premisa es brindar la mejor atención posible a la gente, dando lo mejor de cada uno y con los últimos aportes de cada especialidad”. Agregó que pronto se pondrá en funcionamiento el Programa de Atención del Infarto en la Red Pública Provincial.
Entrevistada la enfermera Catalina Maurino (53), también dijo que sentía un orgullo muy grande de trabajar en el Central. “Hace algunos años me desempeñé en el ex Hospital Ferroviario y al ingresar aquí nunca me imaginé que iba a prestar servicios en un hospital con tanta complejidad”, manifestó la trabajadora.
Reconocerán a 6 médicos
Para evocar el 70° aniversario del hospital, hoy a las 11 habrá una ceremonia en la explanada del Central, sobre la calle Alem.
Se reconocerá en la ocasión a seis profesionales por su vasta trayectoria en la salud pública.
Se trata de los doctores Carlos Pérez Day, cirujano; Mario Santamarina, terapista; Hugo del Valle Tuma, cardiólogo; Pedro Angela, docente y clínico; Jorge Furst, neurocirujano, y Elsa Piulat, quien tomó parte del primer trasplante renal del interior del país, en 1974.