Con 50 años de edad, hijo de padres puesteros y profesor de historia, Carlos Tapia es un hombre conocido en el departamento de Malargüe por su trayectoria, sus andanzas y ganas de compartir parte de sus conocimientos que la vida le ha brindado.
Carlos recuerda que su propia familia se preocupó por inculcarle el hábito de la lectura y fue su madre quien le enseñó a leer. Esto le hizo amar la historia y posteriormente con el paso de los años se profesionalizó y conoció más del pasado de Malargüe.
Actualmente es profesor de historia y muchos reconocen que deja una marca muy particular en sus pupilos.
Aunque tiene sus raíces en la zona rural, nunca vivió en el campo. Desde temprana edad comenzó a recorrer los distintos rincones del extenso departamento más austral de la provincia.
Entre sus habilidades adquiridas en el campo se destaca el adiestramiento de los caballos chúcaros, que se utilizan en las domas. “Paulino González y excelentes montadores como Patricio Mendoza me enseñaron sobre el deporte de la jineteada y esta actividad tan noble como el fútbol. Mucha gente piensa que el caballo de jineteada es un caballo que está mal tratado o que es golpeado, pero son animales que están entrenados para trabajar y se los cuida”, sostuvo el entrevistado.
En su ámbito profesional sostiene que el departamento de Malargüe tiene una historia muy particular e interesante, aunque según él, algunas cosas se han dado por explicitadas.
Un ejemplo de ello es parte de la historia de los hermano Pincheira, “porque mucha gente los ha confundido y creen que ellos eran indios, pero eran españoles que quedaron aislados en el sur de Chile después de la gesta sanmartiniana y por ello se vieron obligados a hacerse bandoleros, ya que no pudieron retornar a su patria. Ambos hermanos eran oficiales y tenían la misma preparación académica y militar que San Martín, es decir, que eran soldados profesionales”.
En relación a lo anterior, el historiador malargüino también hizo mención a la Tragedia del Chacay, a la cual se le atribuye la intervención de los Pincheira. Según Tapia, esto no fue así, sino que tuvo que ver con la lucha entre unitarios y federales.
Entre otros detalles dice que en el ingreso norte del departamento hay un cartel que indica que allí se ubica el lugar histórico conocido como Tragedia del Chacay, pero según él, sólo es una cuestión turística porque sostiene que el lugar correcto es más al Este.
Para Carlos, este acontecimiento tiene un valor especial y esto es porque en el año 1943 su padre trabajaba en “la punta de riel” y fue parte de la comisión de estudio del ferrocarril. En esta exploración su padre encontró algo brillante y lo levantó, pensando que era un machete.
“Desde 1943 ese machete dio muchas vueltas y cuando yo ya era un poco más grande, en un almuerzo de domingo, mi padre me contó que lo había encontrado. Por lo que me interesé y lo recuperé, ya que lo tenía mi tío entre un montón de hierros viejos”, contó Tapia.
Finalmente descubrió que lo que ellos pensaban que era un machete en realidad era un sable Solingen, con acero alemán de alta calidad, que habría sido de un oficial. Según la empuñadura, Tapia deduce que era zurdo y, teniendo en cuenta las importantes magulladuras, aparentemente su propietario era un veterano de guerra.
Sobre la historia de Malargüe Tapia indicó que es muy “palpable” y a modo de ejemplo expuso la gran diferencia que hay entre el Este y Oeste, con la Ruta Nacional Número 40 como punto de separación. Dice: “Tenemos un Oeste folclóricamente muy abocado a las cuecas y a las tonadas, influenciado por Chile en sus comidas e idiosincrasia. Mientras que el sector Este está muy influenciado por La Pampa y esto varía hasta en cómo ensillar el caballo”.
En lo que respecta a hallazgos, Carlos ha hecho aportes al museo porque junto con Jorge Luna recorren el campo en busca de parte de la historia del departamento. "Hemos encontrado piezas importantes pero siempre hemos actuado con mucho respeto con eso", recalcó.
Carlos Tapia es un "libro abierto" colmado de conocimientos y experiencias y ya tiene en elaboración un libro real que se llamará "Retazos de mi tierra", donde volcará sus conocimientos.