El pasado domingo un crimen conmocionó a toda la sociedad sanrafaelina.
Jesús Ayala, detenido el mismo día, está acusado por homicidio agravado por el vínculo. Además se le sumó la calificación de femicidio.
En el otro extremo del drama ubicamos a Débora Noelia Gómez, cuyos restos fueron sepultados en el Cementerio Central de San Rafael.
Débora era una joven mamá de tres niños de 5 y 3 años, y una bebé de 4 meses (hija de la pareja), que habría fallecido el domingo tras recibir golpes en la cabeza con una maza durante una discusión con su pareja, Jesús Ayala (29).
Angustia y dolor
Tanto en la zona donde vivía la pareja como en la sala donde fue velada la chica, se vivieron momentos de mucha angustia y tristeza por el trágico desenlace. Ayala, quien se entregó sin resistencia a la policía, quedó a disposición de la Justicia pero, por consejo de su abogado, no declaró ante el juez del Segundo Juzgado de Instrucción, Pablo Peñasco, que tiene a su cargo la causa.
Una llamada alertó a la policía en la mañana del domingo sobre una discusión entre un hombre y su pareja que había terminado con la mujer con serios golpes en su cabeza.
Las razones que originaron la presunta pelea aún se desconocen, pero la discusión tuvo lugar en la vivienda que compartían Débora Gómez y Jesús Ayala, y los tres niños, en la prolongación de calle Cubillos, a unos 50 metros de la ruta nacional 143, una zona semi rural, muy tranquila.
Sin resistencia
Según creen los investigadores la discusión habría ido subiendo de tono, hasta que Ayala habría golpeado a su pareja con un objeto contundente en la cabeza, que podría tratarse de un martillo o una maza de construcción.
Los golpes terminaron con la vida de la mujer en el acto, y ante esto la primera reacción de Ayala habría sido esconder el cuerpo en el baúl de su auto, un Renault 12. Luego habría cambiado de parecer y lo habría sacado de allí, para colocarlo en el piso, junto al vehículo.
Al parecer Ayala habría llamado por teléfono a su padre, quien advirtió al 911 lo sucedido. Hasta el lugar llegaron los móviles policiales y una ambulancia del Servicio de Emergencia Coordinado. Los médicos constataron que la joven mujer ya estaba sin vida, y el hombre esperaba sentado en estado de shock y se entregó sin oponer resistencia.
En la escena del hecho actuó personal de la Comisaría 38 y de Policía Científica, que tomaron huellas y secuestraron el martillo con sangre y otros elementos de prueba. Ayala quedó alojado en la sede de la Unidad Investigativa, incomunicado y a disposición del magistrado Peñasco.