El ex Hogar San Vicente de Paul, la benemérita residencia de cientos de ancianos durante muchos años, es la imagen plena del abandono y poco a poco el noble edificio se va malogrando.
Son más de seis años en que sus antiguos ocupantes, las personas de la tercera edad que no tenían familia que los atendiera y residían allí, fueron derivados a otros establecimientos. Claro, que mucho de sus antiguos moradores ya murieron.
El inmueble fue objeto de vandalismo y usurpaciones. Los vecinos de las inmediaciones no ocultan su desazón porque al estar cerrado, y pese a que sus ventanas y puertas están tapiadas, les preocupa la falta de seguridad que el lugar comenzó a padecer tras el fin de la vida solidaria y altruista de la institución. Mientras tanto, el Estado provincial y los antiguos propietarios intentan acordar la venta del terreno, que se encuentra frenada por la Justicia.
La estructura abandonada, con la mayoría de los vidrios rotos, se ubica frente a las ruinas de San Francisco y a la plaza Pedro del Castillo, donde se encuentra el Museo del Área Fundacional, por lo que es un sector muy visitado por turistas. Además, está incluida dentro de los sitios sanmartinianos ya que en el predio del hogar estuvo la antigua Iglesia Matriz de la Ciudad, que sucumbió en el terremoto de marzo de 1861. El lugar, por otra parte, tiene declaratoria de sitio histórico nacional porque allí se realizó el juramento a la Bandera de los Andes, donde el general San Martín encomienda el Ejército Libertador a la Virgen del Carmen.
Esta institución tuvo un especial papel en el terremoto de 1944 de San Juan donde albergó a gran cantidad de heridos. En los años '70 del siglo XX el edificio se renueva completamente sobre proyecto del arquitecto Daniel Ramos Correas.
En la actualidad, el edificio sin vida es un retraso para una zona que trata de superarse y mejorar sus condiciones urbanísticas. Yuyos y basura contrastan con el buen estado de la plaza Pedro del Castillo, lugar clave para la provincia, ya que en ella se materializó la fundación de Mendoza. En el interior del edificio, la suciedad, muebles viejos y ambientes deteriorados marcan una realidad que cuesta creer y que se asemeja al olvido y deterioro de la antigua Jefatura de Policía, en la calle Patricias Mendocinas, esquina Montevideo.
La penosa situación del San Vicente de Paul también nos remite, no por el origen y la función, sino por el final de marginamiento que tuvo una construcción abandonada, que iba ser banco (el “BUCI) y se convirtió en un aguantadero, en calle Necochea 230.
Volviendo al San Vicente de Paul, la Municipalidad evitó la usurpación del sitio y mejoró la iluminación de la zona, como un aspecto más de protección. La caída de la institución se produjo cuando hace varios años, la organización sin fines de lucro que lo administraba, resolvió poner fin a la tarea de atender a los ancianos por la falta de recursos económicos.
Cuando se quiso vender la propiedad, en 2012, legisladores provinciales presentaron un proyecto frenando la enajenación, ya que sostenían que el terreno pertenece al Estado. Esto se debe a que el gobierno de Mendoza donó el predio en 1888 a la Sociedad San Vicente de Paul para que fuera destinado a un "asilo de mendigos", es decir, a fines benéficos.
De esta manera, la iniciativa presentada por el Ejecutivo provincial y la Fiscalía de Estado llegó a la Justicia, más precisamente al 12º Juzgado Civil, que resolvió en marzo de 2012 que no se podía transferir el dominio de la propiedad, lo que abrió un foco de conflicto entre las partes que hasta la fecha no se ha podido resolver.
Patrimonialistas consultados manifestaron que si ya no se puede utilizar como asilo, el complejo debería ser devuelto al Estado provincial, que bien podría habilitar allí un centro cultural con actividades acordes al Área Fundacional. Estos mismos especialistas señalaron que las instalaciones poseen una bella capilla proyectada por el arquitecto Ramos Correas, que seguramente tiene un alta carga de deterioro.