Dos antecedentes oficiales hay entre Argentina y Francia en la historia y los dos fueron ganados por la Albiceleste. En la edición de 1930, disputada en Uruguay, la selección argentina doblegó a la francesa por 1-0, con un gol de Luis Monti en el minuto 81 de un duelo disputado en el Parque Central de Montevideo.
También disputó el partido por el título en el año 1978, el de su primera coronación mundialista. En el estadio Monumental, en un choque correspondiente a la primera fase, el conjunto argentino venció por 2-1 con tantos de Daniel Passarella, de penal, y Leopoldo Luque. Michel Platini firmó el único gol francés en el estadio Monumental.
Los Andes fue testigo de aquellas dos victorias y acá te reproducimos cómo se reflejaron. En 1930, los títulos y los comentarios fueron bastante duros con el equipo nacional, mientras que en 1978 se era más optimista.
Un dato que no es menor. Es que en ambas ocasiones la Argentina llegó a disputar la final de ese Mundial. ¿Se repetirá la historia?
También se han enfrentado en otros nueve partidos entre las selecciones de Argentina y Francia, todos ellos de carácter amistoso, el balance es de cuatro triunfos nacionales, dos de los galos y tres empates. El último encuentro data del 11 de febrero en 2009, con victoria 2 a 0 de Argentina con gol de Messi y Jonás Gutiérrez.
“El debut del equipo fue pésimo”, así lo tituló una vez Los Andes
El desarrollo del match jugado en Montevideo dio por tierra con las previsiones de ver triunfar a los argentinos por un alto score. Si bien los argentinos merecieron la victoria debe considerársela sumamente laboriosa por la resistencia formidable de los franceses.
El conjunto argentino produjo, exceptuando los cinco primeros minutos, un juego deslucido atacando sin plan predeterminado y con las líneas completamente desorganizadas.
A medida que avanzaba el match, más cundía la desmoralización. El único argentino que produjo la acostumbrada performance fue Bossio: los demás, tanto los defensores como los delanteros actuaron cohibidos.
Los backs abandonaban continuamente sus puestos, haciendo peligrar la valla. La línea media se adelantaba mucho, dando ocasión a los adversarios libremente hacia la valla argentina, debiendo los backs proceder energéticamente para evitar ulterioridades.
La línea de ataque actuó completamente desarticulada durante todo el match. Se presume que el mal juego fue en primer término el público que alentó constantemente al cuadro francés, hostigando a los argentinos con gritos.
Los jugadores franceses abusaron siempre del juego brusco, contribuyendo a desconcertar más a los delanteros argentinos.
Se espera que la nueva presentación del conjunto argentino mejorará sensiblemente la performance cumplida. Tanto los delegados como el entrenador se muestran disconformes de la actuación de los delanteros ya que sólo en contados momentos Perinetti y Ferreyra dieron pruebas de su valer.