Antes se consideraba indecente discutir-entre personas bien alimentadas-sobre el hambre de los menos afortunados.
Hablar del hambre era tabú. Se escondía a los ojos del mundo que millones de personas en China morían por no tener un puñado de arroz, o que por esa misma razón, en India morían millones de habitantes.
Pocas fueron las personas que se aventuraron a escribir sobre el problema de la hambruna. Fueron voces perdidas.
Un brasileño, Josué de Castro, se animó a expresarlo en sus libros sobre “Geografía del hambre” y “Geopolítica del hambre”. Él hablaba de la “conspiración del silencio” en torno al hambre, lo que significaba un flagelo universal y causa frecuente de las guerras y la paz; esta calamidad debía verse como preparatoria de las epidemias.
Y fueron precisas dos terribles guerras mundiales, para que la civilización occidental comprendiera que no se podía ocultar la realidad social del hambre a los ojos del mundo.
Hoy se sabe que la incidencia de la desnutrición se define como "el porcentaje de la población que no tiene acceso a alimentos suficientes para cubrir sus necesidades diarias de energía".
Los científicos definieron el hambre, en cuatro categorías. Hay quienes padecen:
- Hambre crónico. Personas de bajos ingresos y variables, escasos bienes, pocos conocimientos del valor comercial y con pocas voces poderosas en su defensa.
Estas personas padecen una escasez permanente de calorías; pero se superpone en gran número con deficiencias de micronutrientes, donde las más comunes son: de yodo, de hierro (anemia ferropénica) y de vitamina A.
- Hambre en momentos críticos de la vida. Son personas vulnerables: embarazadas, niños, madres lactantes, ancianos.
En las tribus indígenas de Mendoza tuvimos verdaderos ejemplos: cómo cuidar a las embarazadas porque ellas iban a ser las madres de los futuros guerreros; de los niños, hombres del mañana que protegerían la tierra; y los ancianos, consejeros de la juventud; importante antecedente en el que se insiste hoy.
- Hambre estacional. Está referido a las personas que tienen ciclos de cultivo y recolección de alimentos, y cuando termina la época de cosecha (de la uva, manzana y durazno), no hay recursos para la alimentación. También es el caso de zonas turísticas donde al terminar la temporada, los niños deciden guardar pedacitos de pan bajo la almohada para su hambre nocturna
- Hambre agudo: se produce cuando no hay ayuda rápida en emergencias, casos de terremotos, sequías y otras catástrofes.
Todos estos antecedentes han llevado a tomar seriamente el tema del hambre y a considerar la seguridad alimentaria "como el derecho de todas las personas, en todo momento, a tener acceso a los alimentos para satisfacer sus necesidades y tener una vida sana y activa".
Y se repite el problema del mundo: hay alimentos para todos, pero mal distribuidos o no aprovechados.
¿Qué se necesita? Solidaridad para llegar a la seguridad alimentaria. La FAO opina que, con un trabajo multidisciplinario, se reducirían al mínimo las consecuencias negativas de la malnutrición; no solamente incluyendo el tema en el área de salud.
En nuestro país se han tomado medidas con distintos programas, destinados a hogares, a personas vulnerables por estar en momentos críticos de la vida y programas para escolares.
Pero sabemos que las maravillosas tierras que poseemos, y sus cultivos (en la foto), colaborarán en superar las deficiencias nutricionales actuales, ante una revitalización de la investigación y capacitación agraria, como así también tratando de recuperar los cultivos que se están extinguiendo, como níspero, morera, amaranto e higuera y plantando otros cultivos andinos de interés.
En muchos países, las huertas urbanas han dejado de ser un pasatiempo para ser un medio de subsistencia.
Hay ciudades que se están volviendo verdes por los alimentos por ellas producidas, siendo el crecimiento demográfico el que desencadenó este fenómeno.
Este panorama es importante de observar, ya que se considera que en América Latina y el Caribe, para 2030, aumentará considerablemente la población en ciudades, por el abandono del campo.
Antecedentes en Mendoza
En nuestra provincia hemos trabajado en investigaciones que se han destacado, pero a veces han quedado en el anonimato:
-obtención de proteínas a partir del petróleo.
-proteínas obtenidas a partir del mosto sulfitado, por biosíntesis.
En estas investigaciones trabajó el ingeniero Fuad Neme.
-En época de abundancia de mosto, se elaboró un alimento con forma de arroz, rico en proteínas de soja, trigo y con agregado de vitamina A (Fábrica Bauzá, Mendoza). Se utilizó en poblaciones de desnutridos del país.
-Tableta hiperproteica elaborada por Bodega Quirós, utilizada en comedores infantiles (Mendoza).
-El Instituto Nacional de Vitivinicultura creó en nuestra provincia dos productos: Uvipán y Pan de soyuva, ricos en mosto y soja
El Uvipán fue muy empleado en alta montaña; se utilizó a veces como único alimento, logrando cubrir las necesidades nutricionales y resistir los embates del frío y el ejercicio.
Como vemos, Mendoza, tan rica en conocimientos y creatividad, puede ser un punto de referencia de interés para combatir la desnutrición. Reflexión: ¿por qué clama el mundo. Son solamente dos palabras que apoyara fehacientemente el papa Juan Pablo II:
Ellas son "seguridad alimentaria".