El hallador de tesoros

Buscador de pepitas líricas, minero del lenguaje, el poeta Jorge Leónidas Escudero murió el miércoles en su San Juan natal. Su bella vida...

El hallador  de tesoros

Durante años y años buscó oro y metales preciosos en las montañas de esa provincia parda, aplanada por el Zonda. Jorge Leónidas Escudero había dejado sus estudios de agronomía y se había lanzado por entero a la minería, a la búsqueda de tesoros.

Recién a los 50 años, "lo precioso" pasó a ser otra cosa para él. Otra clase de gemas: las palabras sacadas de las entrañas de la tierra.

Comenzó a publicar - "La raíz de la roca"- recién cuando cumplió medio siglo. Editó sus poemas en diarios y revistas del país y del exterior. Obtuvo primeros premios en varios concursos e importantes distinciones de entidades culturales de la región de Cuyo.

Hay poemas suyos dispersos  en lugares públicos, como el grabado en piedra en el Monumento al Minero, en la plaza de la ciudad de La Toma, en San Luis.

Su obra fue antologada en México por el poeta y profesor de la Universidad de Guanajuato Benjamín Valdivia, en 1990. Compuso canciones folclóricas, recopiladas en Aires de cordillera (San Juan, 1994), musicalizadas por José Luis Aguado Castro.

Editó los siguientes libros de poesía: La raíz en la roca (edición del autor, San Juan, 1970), Le dije y me dijo (Spae, San Juan, 1978), Piedra sensible (edición del autor, San Juan, 1984), Los grandes jugadores (edición del autor, San Juan, 1987), Basamento cristalino (Filofalsía, Buenos Aires, 1989), Umbral de salida (RundiNuskin, Buenos Aires, 1990), Elucidario (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1992), Jugado (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1993), Cantos del acechante (Fos- Epsilon, Buenos Aires,1995), Viaje a ir (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1996), Caballazo a la sombra (Tierra Firme, Buenos Aires, 1998), Aguaiten (Canto Rodado, Mendoza, 2000), Senderear (Martín, San Juan, 2001). Le dije y me dijo (antología editada en México por Ediciones Azafrán y Cinabrio, 2006).

Falleció en la ciudad de San Juan, a los 95 años. Había nacido allí mismo el 4 de septiembre de 1920. En su juventud cursó estudios universitarios pero no concluyó la carrera de ingeniero agrónomo: se dedicó a la exploración minera. Buscador de oro y de otros metales preciosos en su provincia, no obtuvo ganancias económicas pero sí tesoros literarios.

Su poesía está inscripta en el paisaje sanjuanino, el de los personajes andinos de sus "andanzas mineras" y en sus usos particulares del lenguaje. 
Por su libro Atisbos, Escudero recibió en 2015 el segundo premio Nacional de Poesía (otorgado por el Ministerio de Cultura a las producciones de 2011 a 2014).

Javier Cófreces, editor y amigo del poeta, dice: "Escudero siempre merodeó el "más allá' y lo transitó y aún lo traspasó en su obra. Más allá de las montañas que trepó con su burro en busca de oro, más allá de la quimera y el azar. Más allá de la palabra regional, que extendió con sus versos a lo largo de todo el país. Más allá de la amistad, del amor y de la muerte, temas a los que les cantó con originalidad, hondura y también con humor.

Escudero en vida fue más allá de los registros líricos posibles, más allá de lo conocido e insospechado en la voz poética nacional. Fue más allá de modos y modismos, más allá del tono y las tonadas provincianas. Más allá de la jactancia poética, desde su inconmensurable modestia. Más allá del canon y del Premio Nacional de Poesía que se le negara dos veces consecutivas. Todo ese 'más allá' el poeta lo merodeó, lo transitó y lo traspasó 'acá', escribiendo empecinadamente desde su tierra sanjuanina, desde los 23 libros que publicó para que lo disfrutemos por toda la vida".

Su poética está hilvanada de pequeños pueblos, valles y caseríos de montañas. Su sintaxis rota, compleja, traduce su ambiente extremo del campo seco.

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