Por arquitecta Florencia Oña
Una noción de lo que significa el desarrollo sustentable: la capacidad que tiene una sociedad para hacer un uso consciente y responsable de sus recursos, sin agotarlos o exceder su capacidad de renovación, y sin comprometer el acceso a estos por parte de las generaciones futuras. Entendiendo la sustentabilidad urbana como una responsabilidad compartida que requiere un progresivo aprendizaje de los ciudadanos de modo participativo para lograr una gestión adecuada. Y suponiendo una consecuente sensibilización en relación a la complejidad de los parámetros de la sustentabilidad.
Propongo adentrarnos a la temática de la sustentabilidad en el ámbito más reducido e intimo. El habitar domestico: el habitar sustentable. Entiendo la arquitectura sustentable, con sus diversas denominaciones: arquitectura sostenible, arquitectura verde, eco-arquitectura, o arquitectura consciente; como un modo de concebir el proyecto arquitectónico desde su génesis. El cual busca optimizar recursos naturales, seleccionar sistemas de edificación coherentes, lograr una buena implantación, entender las características climáticas y su territorio; dando respuesta al problema arquitectónico de modo íntegro y concreto. Minimizando el impacto ambiental del edificio sobre el medio ambiente y sus habitantes.
Dentro de este gran campo de investigación de la Arquitectura Sustentable, puedo hablar de una evolución de tipologías arquitectónicas en el transcurso del tiempo: Arquitectura Vernácula, Arquitectura como Refugio – Permacultura, Regionalismo, Diseño Bioclimático, Diseño Energético Eficiente, Diseño Receptivo y Consciente.
Así como ciertos animales tienen madrigueras o nidos, los hombres viven en cuevas o realizan cabañas. En un modo, es la relación constante entre el habitante y su habitáculo; el habitáculo y su entorno. La arquitectura es la construcción de un lugar para el hombre y Le Corbusier considera que la arquitectura es un cofre, entendiendo al hombre como su tesoro.
Como factor decisivo y común a todas estas ramas de la Arquitectura Sustentable distingo la orientación del edificio, coherencia con los aspectos climáticos y entendimiento de la complejidad de su territorio para su emplazamiento.
A esta característica base se le pueden adicionar investigaciones y desarrollo en torno a: operaciones de proyecto, materialidad, sistemas constructivos, incorporación de elementos pasivos o activos al diseño, aislaciones, reutilización de aguas, circulación, entre muchos.
Profundizando sobre los sistemas pasivos y los activos: los parámetros de diseño influyen en el comportamiento térmico de los edificios: a través del microclima y orientación; la forma y el volumen; el comportamiento de la masa del edificio. Una arquitectura coherente con estos parámetros de diseño conforman un sistema pasivo y los activos son los sistemas mecánicos. Mientras una buena respuesta bioclimática implica un menor costo; una respuesta a través de incorporación de medios mecánicos implica un costo mayor.
ASÍ COMO CIERTOS ANIMALES TIENEN MADRIGUERAS O NIDOS, LOS HOMBRES VIVEN EN CUEVAS O REALIZAN CABAÑAS. EN UN MODO, ES LA RELACIÓN CONSTANTE ENTRE EL HABITANTE Y SU HABITÁCULO; EL HABITÁCULO Y SU ENTORNO.
Ahora bien; ¿Qué significa una Arquitectura con un Diseño Receptivo y Consciente? Es una arquitectura concebida desde su génesis de proyecto. La cual entiende la complejidad del destino y usuarios de la obra. Considera las condiciones climáticas, geográficas y los ecosistemas del entorno para lograr un buen rendimiento y menor impacto. Es aquella que incorpora con eficacia los materiales y tecnologías de construcción más adecuadas. La que logra el cumplimiento de los requisitos de confort. Logra una reducción del consumo energético para calefacción, refrigeración, iluminación y otros equipamientos. Teniendo como premisa base y fundamental los conocimientos primordiales de la disciplina, dando respuesta al problema de modo concreto.
La arquitectura va desde la tradición a la vanguardia y de la vanguardia a la tradición en un diálogo en el tiempo hacia el futuro y el pasado de forma constante; constituyendo un contenedor precioso que contiene algo precioso, que es la vida.