El Deportivo Maipú tuvo un renacer, después de un arranque complicado. Es que el triunfo ante San Lorenzo de Catamarca y la vuelta del “Gringo” Sperdutti hizo que la gente y el equipo renueven la ilusión.
Esto no quiere decir que el paso de Juan Carlos Bermegui por el Cruzado fue malo, todo lo contrario, pero el fútbol es así y los resultados mandan, sobre todo cuando el torneo es como el que tuvo Maipú: se cruzó con los tres equipos de Mendoza en las primeras tres fechas.
La salida del chaqueño abrió la puerta para que “Sir Charles” vuelva a su casa, pero para comandar un plantel que no armó. Por esa razón tocó lo que creyó conveniente para los dos días de trabajo que tuvo.
Los cambios de Sperdutti le dieron una lavada de cara al equipo, ya que el ingreso de Emmanuel Morette en el medio para que se asocie con Oscar Amaya hizo que el Cruzado tuviera dos conductores y desarmó en doble cinco de marca que tenía con Fernández y Parra.
También la mano de Carlos se vio en algunas variantes fuertes. Es que el “Gringo” tiene la espalda para mandar al banco al refuerzo de lujo (Federico Almerares) y darle al delantero del futuro (Matías Persia) la responsabilidad de ser titular.
El otro cambio “pesado” es cambiar el arquero, ya que Agustín Vistarop era el titular para Bermegui, pero el “Gringo” confía en Esteban Pelayes, a quien ya conoce de temporadas anteriores.
No fue un detalle menor el debut de Walter García, otro nombre pesado que no había debutado en el Cruzado por una lesión. La “Tota” le da al equipo lo que el DT quiere: juego expeditivo en el fondo y experiencia para no complicarse.
Pero si hay algo que destaca a Carlos Sperdutti es que no le tiembla el pulso para poner juveniles y ante San Lorenzo lo hizo con Santiago González.
El “Mágico” llegó hace poco tiempo a Maipú para jugar la liga mendocina, pero en los pocos minutos que ingresó el domingo se metió a los hinchas (y al entrenador) en el bolsillo.
No hay recetas mágicas ni técnicos milagrosos, hay momentos que hay que saber aprovecharlos y hoy es el turno que Sperdutti lo aproveche.