El gran salto: hace medio siglo, un sueño se hizo realidad

El 20 de julio de 1969, la humanidad fue testigo de uno de sus hitos: la primera caminata en suelo lunar.

El gran salto: hace medio siglo, un sueño se hizo realidad
El gran salto: hace medio siglo, un sueño se hizo realidad

Un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad”. Las palabras justas, resonantes (y seguramente redactadas por un publicista) salieron de la boca de un terrícola, pero que no estaba pisando la Tierra, sino su satélite: la Luna.

Fue el 20 de julio de 1969, a las 22.56 de la Argentina, cuando Neil Armstrong, el astronauta designado por la agencia espacial de los Estados Unidos, pisó la superficie lunar, convirtiéndose en el primer hombre en hacerlo. Luego, 20 minutos más tarde, Buzz Aldrin lo siguió, mientras que Michael Collins tuvo a la Luna bajo sus pies pero no pudo pisarla: fue él quien se mantuvo en el módulo de mando de la misión Apolo 11, parte del programa Apolo, destinado a la exploración espacial.

El despegue de la nave había sido el 16 de julio a las 9.32, desde Cabo Cañaveral, Florida, Los tripulantes eran los tres mejores astronautas con los que contaba la NASA, y tenían 38 y 39 años. La mayor parte de los ingenieros del centro de control y de los que habían trabajado en la misión eran más jóvenes: su edad promedio era de 27 años.

Sin embargo, el trabajo en equipo, de un despliegue descomunal y necesario -no ya  por el interés científico, sino por las implicancias geopolíticas y de propaganda en el punto álgido de la Guerra Fría contra la Unión Soviética- justificaban para el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, semejante inversión.

Tras el despegue, la nave se puso en órbita terrestre y tras su segunda vuelta al planeta, el módulo Eagle emergió del interior de la nave, que avanzó hacia la Luna a 3 kilómetros por segundo.

Al día siguiente, aún en viaje, y tras algunas correcciones técnicas del vuelo espacial, los tripulantes hicieron su primera transmisión en color desde una nave espacial, para mostrar una imagen única: la Tierra, vista desde unos 200.000 kilómetros de distancia.

El 19 de julio se produjeron dos momentos claves de la misión: el Eagle pasó por detrás de la Luna y, luego, tras perder contacto con la Tierra, el cohete alcanzó ponerse bajo la órbita lunar.

Casi a las 9.30 de la mañana del día 20, el previsto para el alunizaje, Aldrin encendió el motor del Eagle y desplegó su tren de alunizaje. Una hora después, se separó de la nave, con Aldrin y Armstrong en su interior, mientras Collins se mantuvo en la nave principal, girando alrededor del satélite. A las 16.18, al fin, y luego de diversas maniobras dede Armstrong, el Eagle se posó sobre la superficie de la Luna.

Tras más de seis horas de preparativos dentro del módulo, al fin Armstrong descendió y puso su pie izquierdo en la superficie de la Luna, mientras transmitía a Cabo Cañaveral las palabras célebres que emocionaron a todo un planeta que seguía la transmisión en vivo por TV. Esta se vio en muchos países, pero no en la Argentina, que disfrutó sólo de la transmisión radial y tuvo que conformarse con ver las imágenes en diferido.

Tras bajar también Aldrin y recorrer parte de la Luna, además de clavar sobre ella una bandera estadounidense, ambos astronautas regresaron al Eagle. Trece horas más tarde, ya en el día 21, encendieron el motor de ascenso para acoplarse otra vez con la nave principal, objetivo que lograron a las 17.35. Durante los dos días siguientes, esa nave tomó rumbo de regreso y el 24 de julio, a las 12.35, volvió a entrar en la atmósfera terrestre para caer al mar con éxito a las 12.51 y concluir la misión.

Con la llegada a la Luna, Armstrong, Aldwin y Collins consiguieron hacer pensar a la humanidad aquello de que la realidad a veces supera a la ficción. Y en sentido estricto: 100 años antes, ya Julio Verne había terminado de escribir una historia que se llamó, precisamente, “De la Tierra a la Luna”. Y que, desde ese momento, dejó de ser algo más que un sueño escrito.

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