El gran Federer sigue sorprendiendo

Le ganó al alemán Zverev y se metió en semifinales en donde protagonizará un duelo suizo contra Wawrinka.

El gran Federer sigue sorprendiendo

A esta altura, ya no importa quién gane el Abierto de Australia. Es que el personaje de esta edición, la gran atracción, ese jugador que conquistó el corazón de los aficionados ya tiene nombre y apellido: Roger Federer. Con 35 años y 174 días, el suizo se convirtió el jugador más grande en alcanzar una semifinal de una Gran Slam. Y lo hizo con el nivel de un joven de veintipico. Fue con un aplastante triunfo ante el alemán Mischa Zverev, el verdugo de Andy Murray en la instancia anterior. Ahora, se enfrentará ante su compatriota Stan Wawrinka por un lugar en la gran definición.

Roger enamora dentro del campo de juego, pero también fuera. Por eso, cuando él habla, el resto escucha. Cuando el se muestra feliz, el resto está feliz.

“Nunca me imaginé que mi regreso sería tan bueno”, dijo el actual número 17 del mundo. "Cuando vi el cuadro le dije a los periodistas suizos que quizás podría ganar algunas rondas y llegar a octavos o cuartos", reconoció. "Estoy muy feliz por jugar a este nivel. No pensé que iba a jugar así tan pronto", agregó Federer, que en su camino a semifinales tumbó a dos "top ten" como el checo Tomas Berdych y el japonés Kei Nishikori.

Sin dudas, la expresión que más aplausos se llevó fue cuando contó el pedido que le hacen sus cuatro hijos, que lo acompañan en su gira por Oceanía. "Mis hijos lo pasan genial. Me dicen muchas veces que no pierda para que se puedan quedarse más días en Melbourne. Hoy, por primera vez, una de mis hijas me ha dicho que no le importaría esquiar en Suiza y he dicho: 'Oh, vamos...'", dijo el suizo contagiando su risa en el público.

Federer se clasificó así a su 13° semifinal en Melbourne Park, que lo ubica a sólo una del récord de haber llegado a esa instancia en un Grand Slam en poder del estadounidense Jimmy Connors con 14 en el Open de su país. Federer es el jugador de mayor edad en alcanzar la penúltima ronda del primer Open de la temporada, con 35 años y 174 días, superando al estadounidense Arthur Ashe (35 años y 177 días), que lo logró en 1978.

Hace más de cuatro años que el suizo ya no es el mejor del mundo al decir del ránking oficial de la ATP. Su última vez en la cima fue el 29 de octubre de 2012. Incluso tampoco aparece entre los 10 mejores, ese grupo selecto de deportistas en el mundo, desde noviembre pasado. Se había mantenido allí durante 14 años, tras entrar por primera vez al Top Ten el 7 de octubre de 2002.

Para algunos, por enésima vez, estaba más cerca de los homenajes que de la competencia real. Pero volvió tras una baja de seis meses por lesión y el próximo jueves disputará su 41º semifinal en un Grand Slam, la 13ª en Australia.

Federer es el artista del tenis, el jugador del buen gusto, el que le hace honor al glamour de este deporte. Ya son 41ª sus semifinales repartidas de la siguiente manera: Abierto de Australia, 13; Roland Garros, 7; Wimbledon, 11 y US Open, 10. Pero Roger no se queda a las puertas de las fiestas a las que llega como artista principal. Acumula 21 finales en torneos de Grand Slam, ocho de las cuales ha disputado con Rafael Nadal, el gran rival de su época y con quien se ha cruzado tres veces en Melbourne: Final 2009, ganó Nadal por 7-5, 3-6, 7-6(3), 3-6, 6-2 en 4h 23 minutos; semifinal 2012, ganó Nadal por 6-7(5), 6-2, 7-6(5), 6-4 en 3h 42 minutos y semifinal 2014: ganó Nadal por 7-6(4), 6-3, 6-3 en 2h 24 minutos.

El cuatro veces campeón del Abierto de Australia se medirá ahora contra Wawrinka, con 85 partidos jugados en el Grand Slam de Melbourne y solo 13 derrotas.

Wawrinka (4to.) llegó a esta instancia tras vencer al francés Jo-Wilfried Tsonga (12do) por 7-6 (7-2 el tie break), 6-4 y 6-3, en dos horas y 15 minutos. “Será un gran partido, la última vez me 'mató' en el US Open, Roger estaba jugando mejor que yo, moviéndose muy bien, muy agresivo. Ahora se verá un partido muy interesante porque él está jugando muy bien desde el inicio de los partidos, sólo tuvo algunas dudas en las primeras dos rondas, pero desde entonces ha volado sobre la cancha”, dijo Wawrinka.

Wawrinka eligió la final del Masters 1000 de Montecarlo 2014 como la mejor de sus tres victorias ante Federer: "Ganarle allí fue algo especial (4-6, 7-6 y 6-2), porque poco después gané mi primer Grand Slam. Fue una dura final y a tres sets, grandes recuerdos”.

Pelea con Tsonga

“Tranquilo, es solo un partido de tenis”, dijo en francés Wawrinka a Tsonga para cerrar la discusión cuando ambos jugadores estaban sentados en sus sillas tras finalizar el primer set, que ganó el suizo. Justo antes habían discutido sobre un intercambio de miradas.

"Hay mucha testosterona en todo esto, yo estaba frustrado tras haber perdido el primer set", explicó Tsonga en rueda de prensa. "Puede haber tensión entre los jugadores durante los partidos, lo esencial es que después todo fue bien", dijo el suizo, que cerró el partido en tres sets y estrechó la mano de su rival al final del duelo.

Anoche se completaban los cuartos de final con los cotejos entre Rafael Nadal y el canadiense Milos Raonic y el belga David Goffin (11°) contra el búlgaro Dimitrov (15°). Para el mundo entero, el sueño es uno solo: una final entre Federer y Nadal para volver a vivir aquellos partidos épicos entre los dos tenistas más importantes de la historia más reciente.

La tenista que es hincha del rojo

La estadounidense Coco Vandeweghe no solo es la revelación del Abierto de Australia, en el que eliminó a la número uno del mundo, Angelique Kerber, y ya se metió en semifinales. También llama la atención en Argentina por una curiosa razón: es simpatizante de Independiente.

Vandeweghe tiene 25 años, ocupa el 35° puesto en el ranking mundial y desde mediados del año pasado incorporó a su equipo de trabajo al kinesiólogo argentino Julián Romero, quien es fanático de Independiente. Por ello, no sorprendió que posara con una gorra con el escudo del Rojo.

La foto la publicó en su cuenta de Twitter junto al texto: “Siempre representando”, además de arrobar a la cuenta oficial del club y a la de marketing. Claro, no es la primera vez que tiene un gesto similar.

Todo empezó en Wimbledon: Romero le ganó una apuesta cuando Estados Unidos y la Argentina se enfrentaron en la Copa América Centenario. Y por ello, la norteamericana debió entrenarse con una camiseta de Federico Mancuello, ex jugador del equipo. Vandewghe deberá jugar ante Venus Williams por un lugar en su primera final de Grand Slam. Coco, una de las jugadoras más altas del circuito (1,85 metros), aprovechó el impulso tras haber batido a la número uno del mundo, Angelique Kerber en octavos de final. Para Vandeweghe, la semifinal será su segundo encuentro con Venus.

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