Las tarifas del gas natural podrían volver a subir en octubre con un tope del 15% si la inflación sigue alta y, en el transcurso, no crece fuerte fuerte la oferta del fluido disponible. Por su parte, las garrafas sí podrían registrar un incremento superior debido a la mayor reducción de subsidios.
El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, sostuvo que si se da el aumento en octubre, el máximo para el gas natural sería del 15%, después del 32% promedio que subirá este domingo 1 de abril y del 45% promedio que ajustó en diciembre pasado.
El precio del gas está determinado por tres componentes: el precio del gas de acuerdo al costo de producción; el segundo es el transporte y la distribución del fluido (que ahora se ajustará sólo por inflación); y el tercero son los impuestos.
"De acuerdo a como nosotros estamos previendo la evolución del costo de producción del gas de aquí a fin de año, estimamos que si hay un aumento en octubre estará por debajo del 15%", afirmó el funcionario.
Y luego defendió el aumento de hasta el 40% en las tarifas de gas que regirá desde mañana domingo, argumentando que el gobierno requiere de "un esfuerzo mayor de la población para tener más energía".
Descontrol en garrafas
La mayoría de las empresas distribuidoras de gas licuado de petróleo (GLP) en garrafas no cumplen con los precios máximos establecidos por el Gobierno, que tampoco ejecuta los controles para aplicar sanciones.
En la Argentina hay 13,5 millones de hogares, de los cuales 8,1 millones tienen inyección de gas natural por red y 5,3 millones dependen de la garrafa de GLP, mientras que 2,7 millones reciben el precio subsidiado.
El Gobierno nacional autorizó esta semana a las distribuidoras de garrafas a aplicar un incremento del 16,7% para el tubo de 10 kilos, que ahora llegará a las familias a un precio final de 216 pesos, tras acumular en el año un alza del 61,3%.
El problema está en que la fraccionadoras y distribuidoras no cumplen ese precio y comercializan las garrafas hasta un 50% por encima del precio máximo establecido por la Secretaría de Recursos Hidrocarburíferos.
Tras el anuncio realizado por el ministro de Energía Juan José Aranguren sobre el nuevo precio de la garrafa, las redes sociales se inundaron de denuncias sobre lo que cobran las distribuidoras: entre 250 y 300 pesos por el tubo de diez kilos.
La situación golpea principalmente a los hogares más humildes, que no tienen gas por red por estar en zonas donde no existe el servicio o que usan la garrafa porque no cuentan con el dinero para hacer las instalaciones de ingreso al domicilio.
Mejor fiscalización
Aranguren reconoció en la conferencia de prensa del miércoles pasado que el precio establecido por su cartera no se consigue en algunos lugares del país, principalmente en meses del invierno. Y reconoció que se depende de una mejor fiscalización estatal.
"Eso requiere de un mayor esfuerzo conjunto con la Secretaría de Comercio Interior", dijo el funcionario, quien en abril de 2016, con el primer anuncio de aumento de tarifas de gas, había comprometido una fiscalización nacional para evitar abusos.
Los que acceden a la garrafa subsidiada porque están registrados en el Programa Hogar pasarán de pagar 39 pesos a 64 pesos por un tubo de 10 kilos de GLP al mes, por lo que recibirán 152 pesos en subsidios. Para estar en ese programa, el ingreso familiar no puede superar los 19.000 pesos.
Y para las personas con discapacidad, el tope es de 3 salarios mínimos ($28.500). La Anses certifica el derecho y le deposita automáticamente el dinero en la cuenta bancaria al beneficiario.
Subsidios
En la actualidad, haciendo una comparación por poder calorífico del consumo, quienes usan garrafas tienen mayor nivel de subsidios, según Aranguren.
Mientras que al comprar un tubo de 10 kilos un registrado en el Programa Hogar recibe 152 pesos de subsidio, un usuario de red con tarifa social percibe 86 pesos por la cantidad equivalente de recurso energético.
“El objetivo que tenemos es que la tarifa social de gas natural y el programa hogar confluyan hacia un mismo valor para que los dos tengan un mismo nivel de protección. Todavía los que usan garrafas tienen un subsidio superior”, anticipó Aranguren.