Más allá de toda la pirotecnia verbal que rodeó a la paritaria entre el SUTE y el Gobierno, parece abrirse una posibilidad de acuerdo. El Ejecutivo pospuso su voluntad de otorgar el aumento por decreto y el sindicato decidió someter a votación de los docentes una modificación de la contrapropuesta que llevaron a la mesa de negociación.
Dicho así parece apenas un trámite, aunque esa modificación representa una diferencia de mil millones de pesos entre las posiciones del Gobierno y el gremio.
¿Cuál es la diferencia? La contrapropuesta que puso el SUTE en la mesa de negociación constaba de dos partes: una, el incremento salarial mes por mes, según cómo evolucione el índice inflacionario en 2018; la otra parte es una recomposición del salario por la diferencia entre el incremento otorgado en 2017 y la inflación efectiva del año pasado.
Esta última parte es lo que los separa; un 7,6% de incremento que el Gobierno rechaza de plano, en parte porque otorgó un bono de siete mil pesos de fin de año en concepto de recomposición; en parte porque ese porcentaje implica un costo de mil millones de pesos que, según los negociadores del Gobierno, resulta impagable.
Fue una larga ronda de negociación. En realidad, las posiciones estaban claras a los pocos minutos de haberse sentado a charlar. Cuentan en voz baja que la charla duró apenas 45 minutos. Llevó casi cinco horas acordar la redacción del acta de la reunión que en la reunión en sí misma.
El viernes 16 de febrero el sindicato se llevó la propuesta del Gobierno de un 15,7% en tres tramos, más una cláusula gatillo de actualización automática en caso de que el índice inflacionario superara ese porcentaje.
El SUTE hizo una voltereta en el camino. Durante los plenarios en las escuelas se rechazó la propuesta del Gobierno y apareció la contrapropuesta: 7,6% de recomposición 2017 e incrementos mensuales en función de la evolución del Indice de Precios al Consumidor (IPC).
Cuando llegaron ayer por la mañana a la Subsecretaría de Trabajo, pasadas las 10.30, el SUTE planteó el rechazo a la propuesta del Gobierno. Paso seguido, el secretario general del SUTE Sebastián Henríquez y su comitiva hicieron oficial la contrapropuesta.
Desde el Gobierno, ya anoticiados de lo que propondría el SUTE, llegó con los cálculos sacados. De plano rechazaron el 7,6% por considerarlo impagable, mientras que la actualización mensual podría ser viable.
Henríquez y los suyos se levantaron de la mesa salieron a la calle dónde esperaban un puñado de docentes movilizados, algunos de ellos delegados departamentales; éstos últimos se fueron a deliberar con el secretario general y algunos minutos definieron ir a cuarto intermedio.
"Tenemos que darle la oportunidad a las escuelas que nos digan cómo tenemos que seguir. Por eso pedimos el cuarto intermedio, porque queremos discutir con nuestros compañeros y compañeras si quieren que sostengamos la misma propuesta original que trajimos acá o si consideran que es viable aceptar sólo el ajuste del salario mes a mes", dijo Henríquez.
Al término de la reunión, el negociador del Gobierno, el subsecretario de Modernización Ulpiano Suárez, diría que el 7,6% "es imposible de cumplir por parte del Gobierno de la provincia, porque representa mil millones de pesos más, por encima las partidas afectadas a salarios. Eso equivale a mil casas, a 40 escuelas nuevas, a los insumos de hospitales y centros de salud de todo el año, a la merienda de los chicos de más de un año".
Entre hoy y el viernes los docentes debatirán si aceptan recortar la propuesta que votaron la semana pasada. Si no aceptan retirar el 7,6%, entonces votarán plan de lucha.
El viernes a las 16 volverán a verse las caras.
Cruces y amenazas desde ambos lados
La semana pasada fue un ida y vuelta de munición verbal entre el gobernador Alfredo Cornejo, y el secretario general del SUTE Sebastián Henríquez.
El miércoles Cornejo habló con Jorge Lanata en Radio Mitre; allí lanzó la primera piedra al titular del sindicato docente: "Yo creo que el dirigente sindical tiene que estar en un psiquiátrico porque eso no lo puede pagar el Estado", en referencia a los reclamos salariales del SUTE.
Ya de retorno en Mendoza, Cornejo volvió a fustigar a Henríquez diciendo que el encuentro de ayer era para aceptar o rechazar la propuesta que hizo el Gobierno el viernes 16 de febrero, que el SUTE pudo hacer contrapropuesta en diciembre y no lo hizo. "Si no acepta, el aumento por decreto es sólo el 15,7% y pierden la cláusula gatillo que tienen todos los empleados públicos", amenazaba Cornejo.
Del otro lado, Henríquez decía que el Gobernador "tiene que ubicarse en el rol que tiene. No es el Donald Trump del subdesarrollo para estar insultando gratuitamente".
Ayer todas las amenazas y la verba incendiaria quedaron de lado. El Gobierno dijo no a una parte y abrió la puerta al incremento mensual del salario.
“Al final del año el porcentaje será el mismo y la diferencia en plata será manejable” decía uno de los negociadores del Ejecutivo.