El gobierno y el proceso de corrupción

Ante el destape judicial que se viene desarrollando acerca de la gigantesca corrupción resta saber qué respuesta dará la sociedad.

El gobierno y el proceso de corrupción
El gobierno y el proceso de corrupción

En su primer discurso a la Asamblea Legislativa en 2015, el presidente Macri señaló algunos de los graves problemas que afectaban al Estado y a la sociedad, diciendo en particular sobre la corrupción:  "En cada área de gobierno, hemos encontrado ejemplos de falta de transparencia, ineficiencia y en muchos casos corrupción. La corrupción no debe ni puede quedar impune, debemos darle todas la herramientas al Poder Judicial para que trabaje en forma independiente pero con tiempos veloces".

Explayándose en ejemplos dijo: "Podría seguir todo el día, pero por respeto a ustedes aquí presentes y a los argentinos que están mirando, voy a cortar acá. Pero me comprometo a publicar todos los datos, área por área, para que todos los argentinos sepan el estado en que estaba la Argentina, en diciembre de 2015".

Poco tiempo después, en junio de ese año, el gobierno presentó un documento titulado "El estado del Estado" donde, en algo más de 200 páginas, hacía una descripción desoladora de la situación del Estado, de sus graves deficiencias en todos los órdenes, de la corrupción del enorme gasto público. Con precisión, sin demasiados adjetivos, le puso números y datos a una realidad conocida en parte por algunos, intuida por muchos más.

Donde decía: "Este informe es la primera versión de ese compromiso. Se trata de una obra en marcha, todavía incompleta, que se irá enriqueciendo a lo largo del año con los informes de las auditorías, las investigaciones de la Oficina Anticorrupción y los nuevos documentos que sigan encontrando los ministerios y los organismos descentralizados".

Ya en ese informe llamaba la atención la gravedad de lo ocurrido en el sector energético, las empresas Enarsa, Nucleoeléctrica Argentina, Yacimiento Carbonífero de Río Turbio, Vialidad Nacional, la Administración de la Infraestructura Ferroviaria, entre otras.

Lamentablemente, no hay noticias  de que esos documentos prometidos se hayan concretado, aunque aspectos parciales se han conocido en palabras del Presidente y de otros funcionarios. Es posible que la falta de continuidad en la tarea de poner al descubierto la despiadada  gravedad de la herencia recibida, que diversos sectores e instituciones le reclamaban al gobierno, tenga que ver con la falta de acuerdos básicos en el esfuerzo de reconstrucción del país que había que hacer.

Ahora, con el inédito proceso judicial abierto a consecuencia de los  denominados cuadernos de Centeno, el singular resultado del uso de la figura jurídica del acusado colaborador, las presentaciones espontáneas o no, el reconocimiento de hechos de corrupción que hasta hace poco se negaban... al gobierno se le presenta la oportunidad, por otro camino, de saldar aquella deuda que tantos reclaman.

La magnitud y complejidad de lo que la Justicia está investigando, requiere y justifica que el PE organice un equipo técnico de alto nivel profesional y calidad ética irreprochable para colaborar con jueces y fiscales. No se trata ni mucho menos de intentar influir, todo lo contrario, se trata simplemente de colaborar.

La documentación que demuestra el saqueo está en múltiples dependencias públicas donde se licitaron las obras, se distribuyeron los subsidios de todo tipo, se hacían las compras de energía, gas en especial. El PE puede y debe poner al descubierto esa información, de modo ordenado y simple para que la población  comprenda dónde, cómo y en qué momento se hizo el despojo más grande de la historia de nuestro país.

Así se podrá mensurar, en forma comprensible, cuánto ha sido el despojo, qué efectos y consecuencias ha tenido sobre la vida de los ciudadanos. Se podrán mensurar otros daños como la falsedad de estadísticas de inversión, importaciones, exportaciones.

La respuesta política debería ser concluyente. Por estos días se ha  señalado con agudeza que la sociedad está frente a un virtual plebiscito: ¿Aceptará los efectos de todo tipo que significará llevar adelante la erradicación de la corrupción, o la tolerará y cerrará los ojos para que el país siga funcionando así, con todas las consecuencias que ello acarrea?

El presidente Macri tiene un solo camino: ponerse al frente de la cruzada que ha venido predicando, cualesquiera sean las consecuencias electorales.

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