Las altas tasas de interés vienen actuando como un ancla para la actividad económica y el Gobierno no prevé que esto vaya a cambiar en el corto plazo dado que el objetivo primordial es hoy que no haya otra crisis cambiaria como la de 2018, aunque -asegura- ya ve algunos brotes verdes que marcan el fin de la recesión.
Si bien hasta fin de año entrarían unos 45.585 millones de dólares por las liquidaciones de la agroexportación y el crédito del FMI, aún hay tensiones en el mercado financiero que no permiten a la gestión Cambiemos bajar la guardia. Hay factores externos que generan ruido a nivel local, como la aversión al riesgo de los inversores internacionales, y locales y también abonan la incertidumbre como la coyuntura electoral, con un Gobierno que no tiene la reelección asegurada.
Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo, reconoció ayer que las altas tasas de interés afectan al sector productivo pero indicó que deberán seguir en estos valores hasta estabilizar la economía.
Ayer el Banco Central aspiró otros 6.400 millones de pesos en sus colocaciones de Letras de Liquidez y tuvo que convalidar una suba de un punto más para la tasa de interés por exigencia de los bancos, por lo que pagó 64,9% en promedio diario y 66% de máxima.
"Es una tasa de compromiso que tiene que seguir hasta que estabilicemos la economía y, además, sería menor si no estuviéramos en un año político", explicó Sica durante un encuentro organizado por el Rotary Club de Buenos Aires.
El funcionario reconoció que "las altas tasas de interés afectan al sector productivo", aunque destacó que el objetivo de mantenerlas en estos valores no es otro que lograr "la estabilidad macroeconómica".
En cuanto a la batalla contra la inflación, Sica aseguró que "sólo se resuelve con consistencia fiscal y monetaria, acompañada por una mejora en la competencia de mercados". Sica también se refirió a las negociaciones salariales que se avecinan y se mostró a favor de realizar "acuerdos anuales con revisión semestral". E insistió que el Gobierno no intentará este año imponer un piso o un techo para los acuerdos.
"No veo una negociación conflictiva, tanto los sindicatos como los empresarios perciben que estamos saliendo de una crisis importante", concluyó el ministro, en línea con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
El jefe de Hacienda se mostró optimista respecto al devenir económico de la Argentina en este año electoral. Y ratificó su confianza en el programa económico de Cambiemos porque, dijo, se están resolviendo problemas estructurales. "Yo creo que estamos saliendo de un año difícil, como fue el 2018. La economía en diciembre se empezó a recuperar y va a continuar en esta senda de crecimiento, fuerte impulso de las exportaciones", sostuvo Dujovne.
El Gobierno considera que ese crecimiento no responde sólo a la "buena cosecha" que se espera, sino que están "madurando" muchas de las reformas que implementó Macri, el costo de logística es más barato, el ferrocarril Belgrano está operativo, hay más rutas y energía. "Argentina despega un potencial dormido, un 80 por ciento crecieron las exportaciones de carne. Argentina empezó a abrirse al mundo", se entusiasmó Dujovne. Y aseguró que es lógico que, cuando hay una recesión, se perciba una crisis económica.
Sica completó con que más allá de la situación del tipo de cambio, hay muchos otros frentes por atacar. "Dentro de los marcos laborales hay mucha grasa para cortar", enfatizó el ministro. Y señaló que hay que trabajar en los costos extra salariales y la productividad".
Con la reforma laboral hundida por la resistencia sindical y la negativa del peronismo en el Congreso, Sica ratificó que el Gobierno irá sector por sector. "Hay que trabajar mucho en los convenios colectivos, ahí hay un desafío importante para el sector empresarial".
