En 24 días, el Gobierno y distintas aerolíneas han repatriado "entre 60.000 y 70.000 personas" residentes en la Argentina que se encontraban varadas en el exterior en medio de las restricciones internacionales por la pandemia de coronavirus Covid-19.
Así lo reveló este jueves el Canciller Felipe Solá en una reunión informativa por videoconferencia de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto que preside el legislador oficialista Eduardo Valdés.
"Han vuelto al país entre 60.000 y 70.000 personas después del 17 de marzo en vuelos humanitarios. Llegó a haber entre 50 y 60 vuelos por día en Ezeiza (en plena cuarentena). Pero después se empezó a ajustar por orden del ministerio de Salud, que es quien tiene la última palabra", dijo el funcionario.
El ajuste, instrumentado por requerimiento de Salud y de control sanitario, se fue incrementando con el paso de los días. En un momento se habló 700 personas por día habilitadas para ingresar por el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, pero actualmente sólo se permiten 300 personas.
"Hemos tenido algunos problemas en la frontera con Mendoza y Jujuy, donde los gobernadores no querían que entraran (personas provenientes del exterior). Menciono a ellos porque son limítrofes y fue en sus provincias donde había más movimiento", dijo Solá.
Pero reconoció que también hubo inconvenientes en otras jurisdicciones para el traslado interno de estas personas. "Los intendentes y algunos gobernadores tienden a tomar medidas que no son constitucionales pero que son ampliamente apoyadas por sus pueblos, que piden que antes que nada los cuiden", dijo Solá.
El canciller también señaló que se ha destrabado el movimiento comercial en todos los pasos fronterizos habilitados, para que el transporte de cargas pueda ingresar y egresar, porque "es fundamental que la actividad no se paralice completamente".
"Esta cancillería hace un enorme esfuerzo por contener y humanizar con los varados, por darles las posibilidades que vuelvan cuanto antes. Yo personalmente tengo no menos de 50 contactos con personas que están varadas o representan a varados", agregó Solá.
El funcionario reconoció que esta situación no era esperada por el Gobierno ni por ningún otro país del mundo. "Esto no lo esperamos vivir en nuestras vidas. Es un hecho absolutamente global", dijo. Y señaló que "es importante las medidas que pueda tomar el Gobierno, pero también lo es lo que ocurra en el mundo con la enfermedad".
Solá dijo que la pandemia ocupa el 90% del tiempo de trabajo de la Cancillería. Así se está trabajando desde que empezó la crisis. El 10 de marzo, todos los consulados argentinos en el mundo hicieron una lista por argentinos que querían volver al país.
Esa lista estaba hecha de menor a mayor por las fechas de los pasajes que tenían las personas, independientemente de la aerolínea contratada. Los consulados tenían la potestad de subir a los vuelos humanitarios antes a personas vulnerables, más allá la fecha de sus pasajes. "No hubo un protocolo, se dejó a criterio de cada cónsul o embajador quiénes eran consideradas personas de riesgo", dijo Solá.
Esa lista fue muy cambiante. Se fue incrementando por turistas que se dieron cuenta tarde que estaban en problemas para volver y de argentinos que se quedaron sin trabajo por la pandemia, como por ejemplo aquellos que hacen work and travel (trabajos temporarios en vacaciones) y los relacionados al turismo más barato, en América del Sur (mochileros).
En Brasil estaba la mayoría de los que se fueron después del 12 de marzo, que fue cuando el presidente Alberto Fernández anunció que se venía la cuarentena. "Esto generó muchas críticas a los que salieron que sabían que se iba a cerrar Ezeiza. Pero era legal irse. No podíamos discriminar, solo ordenarlos e ir trayéndolos", señaló Solá.