Sobre estos dos ejes el Gobierno ratificó ayer su política con relación a la central de trabajadores después del contundente paro nacional del lunes pasado con la adhesión de las dos CTA, sectores sindicales combativos y de izquierda y los movimientos sociales.
La reafirmación de estos lineamientos supone un regreso a la estrategia desplegada por el Gobierno nacional después de que la vuelta al diálogo con la conducción de la CGT la primera quincena de este mes fracasó en su intento de frenar la protesta de anteayer.
La ratificación de esta estrategia corrió por cuenta del jefe de Gabinete, Marcos Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, después de la reunión quincenal de ministros que encabezó ayer el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada.
Una fuente del Ministerio de Trabajo se encargó de evaluar que después del paro "la situación es otra y la reunión (con la cúpula de la CGT) puede llegar a darse, pero por ahora no hay fecha aproximada".
Para esa fuente, antes del paro, "por cuestiones internas y en medio del proceso de renovación de autoridades (para el 22 de agosto se prevé el Congreso de la central), ninguno quería sentarse con el Gobierno porque corría el riesgo de que fuera señalado como dialoguista".
La prioridad, en cambio, estará puesta en las reuniones sectoriales ya en marcha, como la del sector de la construcción que se realizó ayer y a la que Frigerio, "cuando se enteró, pidió participar", reveló el titular del sindicato de la construcción Uocra, Gerardo Martínez.
La fuente de Trabajo anticipó que este tipo de reuniones continuarán el viernes próximo con el sector automotriz y la semana que viene con maquinaria agrícola y energía renovables.
