El Gobierno nacional definió ayer un nuevo aumento salarial para los trabajadores estatales y ratificó que trabaja en una serie de medidas para estimular el consumo entre los jubilados y los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
El objetivo central del paquete es amortiguar el impacto del ajuste, a la espera de la recuperación gradual de la economía. Los representantes de la Casa Rosada sellaron con la cúpula de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN), gremio conducido por Andrés Rodríguez, un acuerdo que establece el pago de una suma fija de $2.000 en abril, una mejora salarial de 3% en mayo y una actualización del 13% sobre los $1.495 mensuales que se pagan por presentismo.
Además, incorpora la licencia por violencia de género. "En el marco de la difícil situación económica que atraviesan los argentinos, nuestra organización decidió acordar e intensificar los plazos de la negociación paritaria para lograr una revisión, cada vez más acotada, de la realidad salarial y el incesante deterioro del poder adquisitivo de las trabajadoras y los trabajadores", manifestaron desde el sindicato.
El gobierno finalmente tomó nota del enojo de la población con la inflación, no fue por escuchar los reclamos del radicalismo ni mucho menos por estar conectado con lo que le pasa a la gente; fue porque el consultor Jaime Durán Barba les llevó los resultados de sus sondeos y según informó el diario La Nación el ecuatoriano les dijo que el malestar de la gente estaba relacionado con "una percepción de distancia creciente entre el poder adquisitivo y los bienes de consumo básico, sobre todo alimentos, y que esta lejanía generaba también la sensación de una administración apartada de sus problemas".
Es así entonces que comenzó a estudiar cada una de las posibles medidas para tratar de reactivar el consumo y para que la gente perciba que en realidad de ocupa de las preocupaciones de la gente.
El gobierno pretende lanzar todas las medidas juntas esta semana. Tal como lo definió el vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, el nuevo aumento es un "complemento salarial como parte de la paritaria 2018".
Pero ante el avance de la crisis cambiaria que se desató en mayo del año pasado y que catapultó a la inflación, el Gobierno aceptó mejorar esas condiciones con el pago de otras sumas extras no remunerativas y con otros incrementos del 5% en enero y del 5% en febrero. Los gremialistas calculan que con el monto que se negoció ayer, la mejora del año pasado quedará en alrededor del 34%.
El guarismo aún permanece muy por debajo del salto que arrastraron los precios, que según el Indec, fue del 47,6%. Paralelamente, los funcionarios nacionales negocian con proveedores y cadenas de supermercados para fijar una serie de descuentos para promover el consumo de jubilados y de beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Aunque las conversaciones aún no culminaron, trascendió que el objetivo es que se aplique una rebaja del 15% en el valor final del producto en góndola. Esto, calculan en la Casa Rosada, tendrá un impacto en el bolsillo de al menos 17 millones de personas.