El “riesgo de un atentado reforzado” fue advertido a la opinión pública por el procurador de París, François Molins. El alto funcionario puso en guardia al país ante el regreso de los combatientes yihadistas franceses de Siria e Irak, donde el grupo Estado Islámico (EI) está perdiendo territorio día a día.
La advertencia se produjo cuando se acerca la gran batalla de Mosul, uno de los últimos bastiones yihadistas en Irak, una ciudad de 2 millones de personas donde aún viven los líderes y milicianos extranjeros del grupo terrorista.
“Paradójicamente la declinación del EI refuerza el riesgo de atentado”, dijo el procurador de París.
“Uno ve en la historia del terrorismo que cuando las organizaciones terroristas están en dificultades en su zona, buscan la ocasión de cometer atentados en el exterior. El segundo factor inquietante es la amenaza del retorno: estaremos de un momento a otro confrontados al regreso de un gran número de combatientes franceses y su familias”, especificó.
El procurador dio las primeras cifras oficiales sobre de yihadistas franceses: alrededor de 2.000 se encuentran en tránsito o queriendo llegar a Siria y unos 700 están ya en esa zona. En el terreno judicial, el aumento de procesos antiterroristas ha sido exponencial: han pasado de 26 procedimientos en 2013 y 136 en 2015 a 324 dossiers judiciales en estos días. De ellos, sólo 25 casos han sido juzgados.
En total, 982 individuos están siendo objeto de investigaciones judiciales por terrorismo islámico, 280 están siendo procesados y 577 tienen un mandato de búsqueda o de detención.
Frente a estas cifras, el Estado francés decidió endurecer su política penal. Las penas por preparación de atentado terrorista y atentado a personas podrán ser de entre 20 y 30 años de prisión o reclusión a perpetuidad. Ese es el caso para las personas que hayan sido vistas en un video ejecutando a alguien o en un video de ejecuciones o mostrando una cabeza cortada.
Después de los atentados del 2015 en París, toda persona que haya partido a Siria o Irak como yihadista será considerada como “una asociación ilícita si han participado en combates, han sido patrullas o parte de la policía islámica con el EI o el Frente al Nosra que ahora se llama Fatah al Sham”, según el procurador.
El objetivo yihadista es morir. Pero el procurador explicó que con la prolongación de las penas “se busca proteger a la sociedad dejando a los individuos más tiempo en prisión. Es al mismo tiempo una función de readaptación y resocialización”.
También se ha adaptado la justicia para las esposas y los niños de los yihadistas, que han sido radicalizados como “cachorros del Califato”.
Se esperan centenares de mujeres de regreso. Hasta ahora, 59 de ellas han sido procesadas por actos de terrorismo y 18 de ellas detenidas.
Algunas van a volver con sus hijos, que pueden haber nacido en Francia o en Siria, pero han sufrido en sus primeros años un aterrador adoctrinamiento. Estos preadolescentes, puestos en escena en videos de ejecuciones o que siguen entrenamientos militares, van a constituir verdaderas bombas de tiempo.
La DGSI (servicio secreto francés) evalúa en una veintena los menores combatientes. En el plano judicial hay 35 menores procesados (23 varones y 12 chicas) y 9 detenidos.