El caos vivido el viernes en las colas de los bancos que puso en jaque la cuarentena de cientos de miles de adultos mayores traerá consecuencias, no para el Gobierno donde no habrá renuncias sino para el sistema bancario argentino.
Este sábado los bancos abrieron y la situación estuvo ordenada. Colas con distancia entre las personas, sin aglomeraciones. Los intendentes y las fuerzas de seguridad dispusieron sillas y en algunos lugares hasta sirvieron mate cocido y brindaron alcohol en gel.
En la mañana del sábado habló el presidente Alberto Fernández en radio Mitre. "Cuando vi lo que había pasado, dije 'pucha', todo este esfuerzo (de la cuarentena) lo ponemos en peligro", dijo. Y admitió que hubo "errores" del Gobierno en el operativo el viernes.
Este domingo 5 de abril los bancos pagarán por ventanilla exclusivamente a jubilados y pensionados con haberes pendientes de cobro con documentos terminados en 2 y 3, según dispuso el Banco Central.
Según pudo saber Los Andes de fuentes oficiales, Fernández pidió revisar la distribución del pago de jubilaciones, pensiones y asignaciones de la ANSeS. Esto podría salir por una resolución de Banco Central o por una modificación a la Ley de Entidades Financieras.
En Argentina operan 63 bancos distintos: 13 públicos y 50 privados, que en conjunto tienen 5.272 sucursales, es decir, 1,6 cada 10.000 adultos o una cada 1.612 jubilados y pensionados. Se está en el promedio de los estándares regionales, junto a Brasil, Chile y Colombia.
La situación de colapso en las sucursales que se ve mes a mes no es la escasez de las mismas, sino que está en cómo se reparten los servicios de pago: sólo nueve de las 50 entidades privadas tienen estos servicios y dos concentran el 70% de los pagos a jubilados, según datos oficiales.
Arturo Pozzali, experto en clientes bancarios de la Defensoría del Pueblo porteña, considera que al menos en una emergencia como la actual por el coronavirus, los bancos privados deberían sumarse al pago de prestaciones. Para ello, la Anses debería informarles la nómina.
"El 70% de los adultos mayores no usa nunca su tarjeta de débito. Esto se suma a la falta de sucursales pagadoras que hay, sobre todo en el Gran Buenos Aires y en las provincias", dijo Pozzali a este medio.
La Defensoría porteña y otras oficinas de provincias vienen hablando desde que llegó el coronavirus al país para que el Banco Central y el Poder Ejecutivo instrumenten "medidas excepcionales para que todos los bancos paguen jubilaciones y cobren impuestos".
Eduardo Berrozpe, portavoz de la Asociación Bancaria, tiene su visión: "Además del Covid-19 se está sufriendo el virus de la voracidad financiera y para eso hay una vacuna hace mucho tiempo, que es ratificar que es un servicio público, que se brinda por concesión del Estado".
El Banco Central no puede obligar hoy a los bancos a que presten más servicios. Están regulados por la Ley de Entidades Financieras, promulgada en 1977, con la firma del dictador Jorge Rafael Videla y de su ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz.
Esa ley dice que los bancos comerciales podrán realizar todas las operaciones activas, pasivas y de servicios que no les sean prohibidas por la norma, pero entre las obligaciones no señala cuales son los servicios puntuales que sí deben prestar.
Por esa norma, la banca privada tiene la potestad de pagar o no jubilaciones. Ahora, el objetivo de ANSeS y del Gobierno es que los jubilados puedan cobrar en cualquier banco, más allá del que tienen asignado.
Los bancos son agentes pagadores de beneficios oficiales. Los contrata Anses, que les paga una comisión per cápita. Las entidades disponen cuáles sucursales operan estos pagos. Como no están conformes con la comisión, la mayoría no ofrece el servicio.
En los hechos, un jubilado puede elegir una entidad para cobrar. Debe presentar a la Anses una constancia del banco con los datos personales y de la cuenta, con el Formulario PS 6.37. Para Asignación Familiar es el Formulario PS 2.72.
Pero los bancos no salen a buscar estos clientes, por lo que tampoco se presentan ante la Anses para convertirse en agentes pagadores. Reciben los clientes por goteo, cuando el o la interesada busca el servicio.
Desde dos entidades privadas señalaron a este diario que "no es rentable" ofrecer estos servicios porque hay que dedicar personal exclusivo para la tarea. Y además, indicaron, tampoco tienen sucursales en todo el país por lo que "el impacto sería menor".
El presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA) aseguró que para evitar aglomeraciones, ellos habían pedido al Banco Central que habilite el cobro de jubilaciones en sucursales de Rapi Pago y Pago Fácil, porque eso "ayudaría mucho".
Es que ni jubilados ni beneficiarios son sujetos calificados para créditos, no realizan grandes consumos con tarjetas y tampoco se interesan en seguros. El 80% de jubilados y pensionados tiene un ingreso inferior a los 30.000 pesos.
Las cifras son elocuentes. Según datos oficiales, entre Anses y las cajas provinciales hay 8,5 millones de jubilados y pensionados y 2,2 millones de padres que perciben la AUH por sus hijos. Del total, dicen en el Gobierno, unos 2 millones cobran por ventanilla.
La mayoría prefiere el efectivo. Según el Central, en la Argentina un adulto (a partir de los 18 años) realiza en promedio 22 operaciones con tarjetas de débito al año cuando en Chile son 61 y en Brasil, 49. El Indec dice que el 69% de las operaciones en el país se hace con cash.
Si se suman las transacciones por medios electrónicos de pago realizadas por personas humanas (débito, tarjetas de crédito, transferencias y plásticos prepagos) hay unas 5,3 operaciones por adulto al mes en promedio.