El Gobierno convoca a la oposición para tranquilizar al mercado

Asumió Lacunza en el Ministerio de Hacienda. No hubo anuncios, sólo la invitación a los referentes económicos opositores.

El Gobierno convoca a la oposición para tranquilizar al mercado
El Gobierno convoca a la oposición para tranquilizar al mercado

El objetivo central del Gobierno nacional hasta diciembre es evitar que el peso se devalúe más, tras la caída del 19% de la semana pasada. No hay plan B en el frente monetario, pero el presidente Mauricio Macri bajó un lineamiento: hay que generar estabilidad para evitar que la crisis tome un rumbo indeseado.

Si bien el discurso político electoral del oficialismo indica que en la Casa Rosada hay esperanzas de ganar las elecciones de octubre. En la praxis de la administración central se usan otros conceptos: hablan de "transición" y admiten que los mercados miran y escuchan ya más al opositor Alberto Fernández que al presidente en ejercicio. 

En ese escenario asumió ayer el nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza. Expresó un mensaje sereno, sin anuncios de medidas puntuales y contó que se puso en contacto con referentes económicos de la oposición para que colaboren en la búsqueda de estabilidad. Fue la primera admisión de que el eje de atención general ya no está en la Casa Rosada únicamente.   

El presidente Macri lo solicitó en público. Tras tomarle juramento, le dijo: "Te pido Hernán que abras todos los puentes y canales de diálogo posibles con personas y sectores para que todos juntos trabajemos para reducir las incertidumbres que siempre hacen daño". Y le agradeció por aceptar el cargo en un "momento tan difícil".

El nuevo funcionario nacional se comunicó con representantes del Frente de Todos, Consenso Federal, Despertar, Nos y la Izquierda. "Convocamos a preservar la estabilidad como un bien superior a cualquier ambición electoral, que no puede ser una excusa para poner en riesgo el bienestar de los argentinos durante la transición", afirmó.

El dólar 

Lacunza juró, salió de la Casa Rosada, cruzó la calle Hipólito Irigoyen y entró al ministerio por primera vez. Subió al quinto piso y tras un encuentro de diez minutos con su equipo, salió al salón de conferencias por el que otrora pasaron personajes como Domingo Cavallo, José Luis Machinea, Amado Boudou y Axel Kicillof.

"Estamos en un momento complejo", expresó Lacunza, presentó a su equipo y fue a lo bifes: "El mandato central que me dio el Presidente es garantizar la estabilidad del tipo de cambio como objetivo de primer orden en este período electoral". Y añadió: "La estabilidad es el bien público que debe ofrecer este Ministerio de Hacienda".

En ese sentido, dijo que hay razones suficientes para pensar que tras la escalada de la semana pasada, el tipo de cambio "está por encima de su valor de equilibrio". Fuentes oficiales señalarían luego que el precio más acorde para el dólar hoy estaría entre los 54 y los 56 pesos.

Lacunza lo dijo "en criollo", para que lo entiendan todos: "No hace falta un tipo de cambio más alto". Y se apoyó para ello en el consenso de los analistas del mercado financiero y, sin esquivar la espesura de la contienda electoral, en lo que manifestó "el candidato que más votos obtuvo en las elecciones primarias", Alberto Fernández.

Más inflación 

Los que vienen no serán meses fáciles. Lo anticipó Lacunza y en una conferencia de prensa posterior lo dijo el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Guido Sandleris: "Tenemos que ser realistas, la inflación subirá en agosto y en septiembre". Estaría en torno al 4% mensual, casi el doble del 2,2% de julio. 

El único que puede defender el valor de la moneda es el Banco Central. "La estabilidad nominal y financiera, tanto para el período electoral como para el posterior al 10 de diciembre, es nuestro objetivo prioritario", dijo Sanleris. Y la contribución de Hacienda será garantizar el cumplimiento de las metas fiscales establecidas con el Fondo Monetario Internacional, con quienes Lacunza habló el domingo por la tarde.

En la charla les dijo que, según los números que le dejó su antecesor Nicolás Dujovne, que los ingresos vienen creciendo 14 puntos por encima de los gastos, lo cual va a dar un resultado primario superavitario de 21.000 millones en el tercer trimestre y de 5.000 millones de pesos la pauta de equilibrio fiscal.

Más allá de lo que haga Hacienda y lo que pueda proponer el FMI, el Banco Central seguirá con la actual política monetaria, dado que “no hay plan B”.

Apostará a la tasa de interés como herramienta medular y venderá dólares –como lo hizo la semana pasada cuando inyectó 500 millones-, pero sin dilapidar reservas. "No se usarán las reservas para contener cotizaciones de activos financieros alejadas de sus fundamentos económicos", agregó Sandleris. Es decir, no actuarán si hay un ataque especulativo del mercado porque esos fenómenos tienen a desinflarse solos.

Medidas y “legado”

Las medidas contracíclicas de la semana pasada –siempre sobre la base de lo expresado por Lacunza- no ponen en riesgo el cumplimiento de las metas fiscales, porque están "autofinanciadas" con la mayor recaudación que el Gobierno espera para los últimos cuatro meses del año. 

Tras ello, el flamante ministro abrió el paraguas: "Es evidente que el proceso electoral no es indiferente a la estabilidad cambiaria. El mercado presta más atención el futuro y no al presente. A veces más importante de lo que pueda hacer el Gobierno es lo que pueda estar diciendo la oposición". 

Lacunza y Sandleris hablaron con media hora de diferencia, pero con discursos sintonizados como pocas veces antes ocurrió en lo que va de la gestión macrista. Y ambos dijeron que más allá de cual sea el resultado de las urnas, pretenden dejar una macroeconomía lo más ordenada posible.

El jefe de Hacienda dijo que una de sus tareas en sus 112 días de gestión será la de terminar de construir una "plataforma" para "legar en la transición" que consiste de cuentas públicas ordenadas, equilibrio fiscal primario, un balance externo financiable, un tipo de cambio competitivo y tarifas ya corregidas.

Claves

-Se mantienen metas fiscales acordadas con el FMI.

-Se mantiene la política monetaria: absorción de pesos por venta dólares. 

-Tasa de interés seguirá siendo la herramienta central.

-Se modificó la política cambiaria: Banco Central intervendrá en mercado de contado.  

-No habrá intervención si se detecta shock de especulación. 

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