El gobierno de Mauricio Macri celebró con euforia y se adjudicó el éxito político del histórico acuerdo comercial entre el bloque del Mercosur y el de la Unión Europea (UE), que en primera instancia promete fomentar la llegada de inversiones y ampliar el potencial de las exportaciones argentinas. Sin embargo, su puesta en marcha dependerá de la bendición de los parlamentarios de los 32 países involucrados y recién se haría efectiva dentro de dos años.
"Presidente, lo felicito". Con esas palabras y a través de un mensaje de audio que expuso su estado de emoción (al borde de las lágrimas), el canciller Jorge Faurie le informó a Macri el final de las conversaciones que se llevaron adelante en Bruselas, entre los representantes diplomáticos y los equipos técnicos de los dos bandos, para superar las diferencias que frustraron el acercamiento a lo largo de más de dos décadas.
Para consagrar del pacto, denominado oficialmente como "Acuerdo de Asociación Estratégica con la Unión Europea", las partes interesadas debieron sortear las posturas proteccionistas de Francia, Bélgica, Irlanda y Polonia. Es que los representantes de esos cuatro países se atrincheraron hasta último momento para rechazar la eliminación de los aranceles contra los productos agroalimentarios que se originan en el Mercosur y fundamentalmente en la Argentina (el 63% del total).
El Presidente recibió las buenas noticias en Osaka, Japón, donde participa de la cumbre del Grupo de los 20 (G20). Y automáticamente, sus principales laderos salieron a capitalizar el triunfo diplomático y a poner en relieve las nuevas expectativas en torno a la relación comercial entre dos bloques, que según los últimos datos asciende a u$s 100.000 millones anuales.
"El liderazgo y la persistencia de Macri fueron clave para lograr este histórico acuerdo", se apresuró en manifestar el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien también destacó el desempeño de Faurie y del ministro de Producción y de Trabajo, Dante Sica, que también tuvo un rol protagónico en Bruselas.
Con la misma lectura se pronunciaron otros funcionarios del Gobierno nacional y hasta el candidato a vicepresidente del frente oficialista Juntos por el Cambio, el peronista Miguel Angel Pichetto, quien sentenció: "el Presidente Macri acaba de cerrar un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur después de 20 años de negociaciones. El logro es resultado de un trabajo en equipo de varios años y representa un hecho enormemente positivo para todos los argentinos".
Macri acompañó la noticia con las imágenes de un encuentro casual y distendido que mantuvo con su par francés, Emmanuel Macron, sindicado como el principal referente de los sectores europeos que se oponían al acuerdo comercial.
Pero por ahora, el entendimiento entre los bloques comerciales solamente es simbólico porque aún restan definir instancias determinantes que demandarán extensos procesos. Al respecto, según calculó el propio Sica, el acuerdo, recién podría entrar en vigencia a partir de 2021.
“Va a ir a los congresos, tiene que ir al Congreso tanto de la Argentina como de los otros tres países y también a los congresos de los hoy 28 países de la Unión Europea, además, de la aprobación que tiene que dar el Parlamento Europeo”, explicó Faurie.
El canciller y el ministro de Producción se ocuparon de diferenciar el impacto que tendrá el entendimiento dentro del amplio abanico de sectores exportadores en la Argentina.
“Para cada sector son tiempos y momentos de entrada diferentes. En algunos lugares la liberación del comercio empieza el día en el que quede aprobado por los parlamentos, en otros tienen cinco, seis o diez años, depende del nivel de protección que ha sido necesario negociar para cuidar nuestros sectores y también los europeos”, puntualizó el canciller.
Los principales puntos del acuerdo
Los nuevos términos que definieron los equipos técnicos de los países involucrados que se sentaron en la mesa de negociación en Bruselas, establecen que habrá distintos esquemas para diferenciar el comercio de bienes industriales de las operaciones que involucren bienes agroindustriales.
En el primero de los casos, se resolvió que la UE abrirá su comercio por completo, mientras que el Mercosur lo hará en un 90%. En el corto plazo, el bloque europeo dejará sin efecto el 80% de los aranceles que rigen para las exportaciones de productos industriales provenientes del bloque regional.
En tanto, se aclaró que los gobiernos de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay contarán con un plazo de hasta 15 años para formalizar un camino similar, aunque con gradualismo, atendiendo la situación de los sectores sensibles.
Una resolución distinta se tomó para los bienes agroindustriales que ofrece el Mercosur y que constituyeron el argumento principal de los países europeos con mayores condiciones (Francia, Bélgica e Irlanda, entre otros) para darle su bendición al acuerdo.
En este caso, la UE también aceptó una apertura casi total para recibir las importaciones agrícolas, aunque planteó un esquema con distintas escalas, cuotas o preferencias fijas de acuerdo al producto.