El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y otros funcionarios del Gobierno se reunieron con las autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), a quienes les informaron sobre las políticas sociales en marcha, durante un encuentro en el que coincidieron en destacar el "valor del diálogo" y de los "acuerdos entre los sectores de la producción y el trabajo".
La reunión, que duró una hora y media, fue encabezada por el titular de la CEA y arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, y Peña, y se realizó en la sede del Episcopado, en el barrio porteño de Retiro.
“El Gobierno y la Iglesia destacaron hoy el valor del diálogo y de los acuerdos entre los sectores de la producción y el trabajo durante una reunión celebrada esta mañana”, se informó en un comunicado difundido al mediodía simultáneamente por la oficina de prensa de la CEA y la Presidencia de la Nación.
En diálogo con la agencia Télam, Arancedo contó que fue un “encuentro muy cordial y distendido” en el que todos destacaron “la importancia del diálogo, conscientes de las dificultades que hay y de la necesidad de trabajar en la generación del trabajo, de todo aquello que haga a la dignidad de la persona y con sensibilidad frente a las necesidades del pueblo”.
“La gente está necesitando señales de encuentro y de diálogo a nivel de todos los actores, que se conviertan en un gesto importante frente a las dificultades que no se pueden negar y que hasta el propio Gobierno reconoce en las cifras del Indec”, indicó el presidente del Episcopado.
Durante el cónclave, que fue pedido por el Gobierno, los funcionarios del gabinete brindaron detalles a las autoridades de la CEA sobre las políticas que lleva adelante el Gobierno, principalmente en materia social, según se informó.
Junto a Peña participaron del encuentro el ministro de Trabajo, Jorge Triacca; el secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana; el secretario de Culto, Santiago de Estrada; el subsecretario de esa área, Alfredo Abriani, y el director ejecutivo de la Anses, Emilio Basavilbaso.
En tanto, por la Conferencia Episcopal, además de Arancedo, estuvieron presentes el vicepresidente primero y arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli; y el secretario general, monseñor Carlos Malfa.
Según las fuentes episcopales consultadas, los obispos presentes en la reunión expresaron su “preocupación por el tema del trabajo y la producción”, aunque voceros oficiales dijeron que “no hubo reclamos” de la Iglesia en el encuentro.
En cuanto a la posibilidad de la convocatoria a una mesa de diálogo, los obispos aclararon ante los funcionarios que “no le corresponde a la Iglesia asumir ese tipo de convocatorias, pero que, si el Gobierno lo cree necesario, puede ofrecer un espacio de encuentro”.
“La tarea del diálogo es de toda la democracia, del Gobierno, de los partidos políticos, del Parlamento. La Iglesia, desde ya, acompaña todo lo que se pueda hacer, pero no convoca”, aclaró Arancedo.
No obstante, desde el Poder Ejecutivo adelantaron que ya están dialogando con los distintos sectores, en el marco de la “cultura del encuentro” que quiere recomponer Macri.
“La reunión está dentro del plan del Gobierno de dialogar con todos los sectores para contarles lo que estamos haciendo en materia productiva, porqué lo estamos haciendo y que estén al tanto de la información de primera mano”, explicaron fuentes oficiales.
La semana pasada, el Episcopado había recibido la visita de las autoridades de la CGT unificada, con quienes coincidieron en el diagnóstico sobre la situación del país, en relación a “los niveles de desempleo, la situación social y el impacto del narcotráfico”.
Además, en esa oportunidad, obispos y sindicalistas coincidieron en reclamarle a la administración de Mauricio Macri “una mayor celeridad en dar respuesta a los problemas más urgentes” que plantean los trabajadores.
En el marco de ese encuentro, la Iglesia les pidió a las nuevas autoridades de la CGT que "agoten todas las instancias de diálogo” antes de tomar medidas extremas con un paro general.