El Consejo Directivo de la CGT llegará a su reunión de mañana sin contar aún con una oferta del Gobierno a sus reclamos como para dejar sin efecto un posible paro nacional y en medio de una redoblada presión interna y externa para que le ponga una fecha a una medida de protesta de ese tipo.
“No tuvimos ninguna oferta concreta”, dijo un integrante del consejo directivo que integró la representación cegetista que el jueves pasado se reunió con cuatro ministros encabezados por el vicejefe de Gabinete y secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana.
De esa reunión surgió un acta según la cual en un plazo de diez días (se cumpliría el martes próximo o, si se cuentan las jornadas hábiles, el viernes 14) el Gobierno “proporcionará respuestas tendientes a solucionar las problemáticas” de la CGT: un bono de fin de año para trabajadores estatales y privados, jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales, y la exención del pago de Ganancias del próximo medio aguinaldo.
Ayer, Quintana sostuvo que en la reunión “lo único que les dijimos es que íbamos a evaluar y que en diez días les daríamos una respuesta”, pero después se generó “una expectativa exagerada”.
El funcionario, uno de los más influentes colaboradores de Mauricio Macri, dijo que “todavía no hay ninguna definición” de la respuesta a la CGT, pero anticipó que ante la “muy dura restricción fiscal” la prioridad será atender “a los que menos tienen”.
También sostuvo que “muchos trabajadores” terminarán 2016 “empatando o ganándole a la inflación”.
La presión sobre el resto de la conducción cegetista volvió a expresarla ayer su secretario gremial y adjunto del sindicato de Camioneros, Pablo Moyano: “El jueves se va a definir. O permitimos el verdugueo del Gobierno, o convocamos a una medida de fuerza”.
Pero aquella fuente consultada por este diario dijo que no habrá una definición hasta después de cumplido el plazo de diez días.
Desde la CTA de los Tabajadores, Hugo Yasky también hizo lo suyo en el mismo sentido. Sostuvo que la CGT “pone la vara (de las demandas) tan baja que para el Gobierno no significa absolutamente nada” y pidió una reapertura de las paritarias.