La aparición del “borrador descartado” de la Ley de Hidrocarburos sobre la mesa del Gobierno tomó por sorpresa al gobernador Jorge Sapag que ya daba por superado el tema. “El borrador de Olivos está descartado”, dijo Sapag hace apenas 15 días.
Pero el viernes pasado el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente de YPF, Miguel Galuccio, entre otros funcionarios, desempolvaron el proyecto en una reunión con las petroleras.
Sapag respondió de inmediato a la iniciativa. “No vamos a dar un solo paso atrás en las facultades no delegadas”, aseveró durante un acto en su provincia.
“Vamos a compartir las facultades concurrentes pero seremos firmes defensores de los recursos de nuestra provincia, de los del subsuelo, de los del suelo y del cuidado del ambiente para nuestra generación y para las próximas”, indicó, en clara oposición a lo que pretende la presidenta Cristina Fernández.
Además no ahorró críticas a la política energética nacional, un tema sobre el cual hasta ahora se había mantenido cauteloso. “Estamos importando gas y petróleo por 15.000 millones de dólares. Los argentinos no nos podemos permitir más este despilfarro de divisas cuando tenemos en el subsuelo gas y petróleo para proveer a la república”, subrayó.
El senador neuquino y líder de los trabajadores petroleros Guillermo Pereyra también arremetió contra el borrador. “Es prácticamente el mismo que las provincias rechazaron en junio”, indicó. “Quieren avanzar sin las provincias. Hay que resistir, hay que buscar consensos entre todos”, abundó.
Manuel Arévalo, representante gremial de los Petroleros Jerárquicos, dijo: “Deben respetarse la autonomías de la provincias”.
Colaboradores de Pereyra relataron que el gremialista volvió el fin de semana muy enojado de Buenos Aires después de que suspendió la reunión agendada para el viernes con el ministro de Economía y los directivos del grupo Más Energía por la crisis de las pequeñas refinerías neuquinas.
El encuentro quedó en el aire luego de que los principales referentes del Gobierno prefirieron conversar, borrador en mano, con los petroleros sin avisarles a los gobernadores.
El proyecto del Gobierno nuevamente descarta la posibilidad de que las provincias posean sus propias empresas de hidrocarburos, algo que cayó mal en Neuquén.
“No hay posibilidad de que avancen sobre GyP, tiene 54 UTES con más de 20 operadoras. Si quieren la parte de GyP en las distintas áreas tendrán que negociarlas y escucharemos las ofertas”, dijeron a Clarín desde el Gobierno neuquino.
Junto con su nacimiento en 2008 a la empresa le fueron entregadas 55 áreas marginales o inexploradas. Es decir, que no representaban un negocio de interés para nadie.
Pero el descubrimiento posterior de Vaca Muerta estableció un altísimo valor sobre esas tierras despreciadas. Con los años GyP se habría ido apropiando de otras áreas hasta totalizar alrededor de 77.
En la actualidad GyP mantiene sociedades (UTE) con 20 empresas petroleras en más de 55 de estos espacios concedidos. Y tiene proyecciones de inversión en sociedad con YPF, la alemana Wintershall, entre otros jugadores, por más de US$ 6.000 millones en la próxima década.