Era grande lo que había obtenido pero no pudo celebrarlo como se merecía. Benito acababa de definir a la izquierda de Fontemachi, que fue para el otro lado, y la serie se acababa increíblemente en la ejecución 3.
Inmediatamente saltaron al campo de juego cerca de treinta barras de Argentino en busca de quedarse con las camisetas, pantalones, medias y todo lo que se pueda de sus futbolistas y los jugadores de Huracán se agruparon en una esquina de la cancha para evitar cualquier agresión.
Custodiados por un cordón policial tuvieron que meterse en la zona de camarines, donde tampoco hubo mucho festejo. La Policía ya les había puesto el colectivo sobre calle Correa Saá y les pedía que se retiraran del estadio lo más rápido posible.
El ambiente no era el mejor. Así fue como la delegación tuvo que subirse al colectivo casi a las corridas rumbo a calle Olascoaga donde allí sí esperaba su gente para desatar la locura. Los jugadores del Globo se tuvieron que ir como ladrones de San José. Claro, les habían robado la ilusión.
Cloquell, dolido
"Yo no quería llegar a los penales porque por más que los practicás puede pasar cualquier cosa. Hicimos el gasto y no nos alcanzó. Te quedás con el sabor amargo porque en el partido pudimos haberlo ganado. Ellos querían llegar a los penales y les salió bien. Estábamos ilusionados y creo a muerte en mis jugadores. Creían que éramos un equipo más, de mitad de tabla, y llegamos más lejos de lo que muchos creían", dijo el DT de Argentino.
