Aprovechando la intensidad de la tormenta que hubo el domingo por la noche en buena parte del territorio provincial, Marcelo Araya intentó fugarse junto con un grupo de reclusos con los que comparte encierro. Cortaron la luz y rompieron ventanas pero fueron reducidos por los guardias. Es la segunda vez en un mes que el interno quiere escaparse de la cárcel de máxima seguridad que hay en Mendoza.
A las 21.15 del domingo, la lluvia que caía en la zona de Cacheuta, donde está el penal de Almafuerte, lugar en que el “Gato” Araya cumple dos condenas a cadena perpetua por diferentes homicidios, hacía casi imposible ver a corta distancia.
Ante este tipo de fenómenos climáticos (como por viento o movimientos sísmicos importantes, entre otros) los controles penitenciarios se refuerzan ya que los presos suelen aprovechar esas situaciones para buscar una manera de ganar la libertad.
Y la tormenta del domingo no fue la excepción. Los internos del módulo donde está Araya (que es de máxima seguridad) rompieron las instalaciones eléctricas lo que generó un corte de luz. Luego se metieron en un ducto y rompieron una ventana.
En total fueron 19 hombres los que intentaron escapar. Se dividieron en varios grupos para dispersar a los guardias. Araya y cuatro internos más salieron corriendo en dirección opuesta a donde se producía el conflicto pero fueron detectados de forma rápida, aclaró una fuente consultada.
Exactamente un mes atrás, Araya intentó escaparse de un modo muy similar. El Gato y un grupo de cómplices cortó la luz y rompió ventanas y puertas pero fue reducido por penitenciarios. La fuga dejó heridos con perdigones de goma.
Pese a que Araya ha protagonizado recientemente dos intentos de fuga, no se va a modificar su situación de presidio. “La seguridad que tiene es la adecuada y los resultados son muy buenos.
Cambiar sus condiciones de encierro sería atacar los derechos de las personas”, dijeron desde la cárcel. Aunque extraoficialmente no se descartó que el interno sea trasladado a una cárcel ubicada fuera del territorio provincial.
Con dos cadenas perpetua, a Araya le resta ser juzgado por tráfico de estupefacientes y contrabando.
