“El que aparezca confirmado en los medios, se cae del gabinete”. La frase se la atribuyen a Alfredo Cornejo y explicaría el hermetismo en el que se han escudado sus más cercanos y los que suenan como futuros funcionarios, sobre todo durante el fin de semana.
Algunos apelan a evasivas y otros directamente ni responden los mensajes cuando se los consulta sobre el equipo que el gobernador electo dará a conocer mañana a las 18, más de cinco meses después de ser electo.
A medida que se ha acercado la fecha, adelantada hace una semana por este diario, las especulaciones han crecido así como también la incertidumbre.
Los nombres que dan vuelta se han limitado a una docena, lo que hace parecer que de ellos saldrá seguramente la primera línea del futuro gobierno, pero nadie se anima a contar lo que el gobernador electo no quiere revelar.
Sí está confirmado que la nueva estructura se limitará a sólo seis ministerios (incluyendo la Dirección General de Escuelas), lejos de los quince actuales. Seguirán tal como se los conoce ahora: Hacienda, Seguridad, Gobierno y Educación.
Salud y Desarrollo Social se fusionarán e incluirán también a Deportes. Mientras, habrá una sexta cartera que concentrará las áreas ligadas a la producción y la inversión: Economía, Infraestructura y Energía.
Con esto, el futuro gobernador cree que podrá ahorrar hasta 3 millones de pesos mensuales, porque, asegura, necesitará 200 funcionarios menos que su antecesor para la administración del Estado.
Las cuentas. La primera línea del Gobierno tiene ya un nombre asegurado: Martín Kerchner, el contador que lleva los números de Cornejo desde que era ministro de Seguridad, durante la gestión de Julio Cobos.
Kerchner, una de las caras visibles de la transición, no sólo será ministro de Hacienda sino que también operará como un jefe de Gabinete que controlará la gestión de sus colegas y vigilará los números del gasto hasta en el último rincón de la administración pública.
De ahí en más, nadie da nada por totalmente cierto. Algunos hasta creen posible una “trampa” de Cornejo al hacer circular nombres que luego no serán, para despistar. O bien, que haya hecho trascender “elegidos” para medir la repercusión que tienen internamente y en la opinión pública.
Gobierno. Entre esos que suenan y muchos creen que estará en el equipo inicial, aparece Dalmiro Garay. Es abogado de la Asesoría de Gobierno y ha participado en decisiones jurídicas del equipo de Cornejo últimamente.
Aunque ese ministerio ha sido hasta ahora eminentemente político, porque maneja las relaciones con los municipios, la oposición y la Justicia, con el nombramiento de Garay se buscaría darle un perfil más técnico. La política, seguramente, quedará a cargo casi con exclusividad del futuro gobernador.
Esta decisión es la que habría dejado fuera de carrera al presidente de la UCR y ex intendente de La Paz, Sergio Pinto, claramente con más rodaje político.
Seguridad. Parece número puesto el abogado penalista Gianni Venier. Aunque no confirmado, su nombre circula con insistencia en el entorno de Cornejo.
Extrañamente, el elegido para mejorar la seguridad, una de las principales promesas preelectorales del radical, fue funcionario en los primeros meses de la gestión del peronista Celso Jaque, allá por 2008, y renunció.
En aquella breve incursión, estuvo a cargo de la Dirección de Inteligencia Criminal y esto alienta las posibilidades de que sea el ministro: en la campaña, Cornejo decía que era clave mejorar la inteligencia criminal.
En esa misma línea, como nuevo jefe de Policía designaría al comisario Roberto Munives, que estuvo a cargo de la Policía Vial pero es especialista en inteligencia.
Educación. La mayor sorpresa se da en la DGE. El único nombre que suena es el de Jaime Correas, un licenciado en Letras, historiador y escritor, que no ha ejercido la docencia y que fue director periodístico del diario Uno por una década, hasta 2012.
Salud y Desarrollo Social. Hasta el viernes, se daba como principal candidato a Carlos Funes, ex director del hospital Saporiti durante la gestión de Cobos. Hasta acercó a Cornejo un proyecto de trabajo, dicen. Pero ayer daban como más posible a Rubén Giacchi, un radical capitalino que fue jefe de la delegación del PAMI e Mendoza durante la gestión de la Alianza y que siguió incluso luego de la caída de De la Rúa.
Como segunda a cargo de Desarrollo Social, Marcela Fernández, actual funcionaria de Godoy Cruz, parece haber ganado la pulseada a la ex diputada provincial Lorena Meschini.
Economía, Infraestructura y Energía. El megaministerio tiene un nombre anotado, pero tampoco confirmado: Enrique Vaquié, el otro encargado del proceso de transición junto a Kerchner y reelecto diputado nacional. Esta cartera deberá absorber muchas funciones (aunque ya no tendrá Servicios Públicos), con la contra de que debe reducir funcionarios y no tendrá mucho dinero inicialmente.
