Cuando parecía que el futuro estaba a la vuelta de la esquina, la realidad ubicó a Samsung. Es que esta semana deberíamos haber tenido en nuestras manos el tan esperado Galaxy Fold, el primer teléfono plegable y "cinta inaugural" en la siguiente era de smartphones. Sin embargo, hubo un inesperado retraso. Quienes probaron el equipo no lo entendieron. Incluso algunos lo terminaron rompiendo, debido a las delicadas características.
Samsung invirtió casi ocho años de trabajo en el Galaxy Fold y dio un fuerte golpe a sus rivales, en particular a Apple, su escolta en ventas a nivel mundial. De esta manera, el gigante surcoreano se convirtió en pionero en el nicho de los celulares plegables. Lástima que un correo electrónico tiró abajo la expectativa de los compradores.
El fabricante surcoreano reconoció que el celular, que costaría 1.980 dólares, "necesita mejoras adicionales". La obligación de volver a "boxes" se debe a las pantallas. La compañía solamente se limitó a informar que tomará "medidas para reforzar la protección" aunque, de guiarnos por las pruebas, debería sumar un manual de instrucciones.
Cuando se presentó físicamente, el Galaxy Fold llegó a manos de algunos periodistas para realizar las primeras impresiones. Steve Kovach, editor de tecnología en CNBC, subió un video en el que mostró un parpadeo impensado en la pantalla del plegable.Otro extraño caso fue reportado por Dieter Bohn, de The Verge, quien compartió una imagen en la que se ve una protuberancia en la bisagra del móvil. A su vez, Mark Gurman, editor de Bloomberg, fue aún más lejos y retiró un plástico protector que no era lo que parecía: dejó de funcionar el aparato.
La fecha de lanzamiento es un enigma. Mientras los más esperanzados confían en que saldrá a finales de mes, la empresa no da la misma garantía. Es que Samsung anunció que las órdenes de compra serán canceladas si el dispositivo no sale al mercado el 31 de mayo, por lo que mejor apelar a la paciencia.
Lejos de la nueva era que pregona la compañía, los especialistas aseguran que el modelo no será un gran impulsor de ventas, aunque tampoco la postergación afectará los números fiscales del fabricante.
En cambio, los próximos que se sumen a la oleada del 5G (como la versión ya apta del Galaxy S10) harán la diferencia en cuanto a recaudación.
¿El mismo destino del Note 7?
Conocido el fallido lanzamiento del Galaxy Fold, no faltaron las comparaciones con aquel nefasto precedente del Samsung Note 7. A priori, la asociación sería el desafortunado destino de ambos equipos, pero el último mencionado arrastraba presencia en el mercado, además de convertirse en un peligro vital para los usuarios.
El Note 7 tenía su nicho consolidado y hasta los más osados lo destacaron como el mejor de su generación pero, literalmente, era una bomba en los bolsillos. Tras la salida a la venta en 2016, las baterías comenzaron a fallar y explotar. Samsung decidió reemplazar unos 2 millones de Galaxy Fold antes de dictar la discontinuidad, pero el miedo seguía latente.
Las aerolíneas, por ejemplo, portaban carteles de prohibición de traslado de Note 7. Una anécdota, incluso, tiene como protagonista a un vuelo de Virgin America en diciembre de 2016.
Un pasajero cambió el nombre de su red a Samsung Galaxy Note 7, lo que alertó a la tripulación, que amenazó con desviar su recorrido. La búsqueda tuvo resultado negativo: el celular nunca estuvo a bordo, sino que se trataba de una broma.
Meses después, Samsung desveló el motivo de las explosiones. Los problemas eran diferentes entre los 2 proveedores de baterías: en el primer set analizado era debido a la compresión mecánica en la parte superior derecha de las baterías, entre las capas de separación del ánodo y el cátodo. Mientras que en el segundo grupo de baterías había un pinzamiento en estas mismas capas, hecho posible por el proceso de micro-soldado que causaba un cortocircuito.
Para salir fortalecido, Samsung aseguró que el 96% de los Note 7 había sido sacado de circulación.