No quieren saber nada con la palabra “geriátrico”. Incluso, prefieren evitarla y -con especial énfasis- solicitan amablemente que en esta nota no se hable del proyecto que encararon hace dos años y medio (y que está en su momento más importante) como si se tratara de uno de estos lugares. “Queremos borrar la palabra geriátrico como la idea de un depósito de ancianos. Se nos ha generado un concepto distinto de envejecer. Es como un cambio, así como el de crecer y el de la adolescencia, pero no se trata sólo de dejar tirado al viejo”, agregan con mucha humildad y simpleza.
Los protagonistas de esta crónica son los miembros de la asociación Hogar Jardín de Otoño, un grupo de vecinos lavallinos que -con el apoyo de la comuna- comenzó el jueves oficialmente a trabajar en un predio de más de una hectárea, situado a diez cuadras de la Villa Tulumaya y donde se ubicará en un futuro (esperan que no muy lejano) el espacio de convivencia para ancianos con el que vienen soñando desde hace tiempo.
“Se trata de la construcción de un complejo con capacidad para 80 personas, todas mayores de 65 años y que sean de Lavalle, para que tengan su espacio de convivencia. Allí contarán con servicio de hotelería completo, talleres para hacer distintas actividades y la gente tendrá la libertad de entrar y salir cuando quieran. El concepto es el de ‘matar’ la soledad y tener calidad de vida con gente de la misma edad, sin la necesidad de tener que esperar el asado del domingo con la familia, si es que llega”, sintetizó Carlos Minoli, uno de los integrantes de Jardín de Otoño.
El proyecto del hogar es sin fines de lucro y, de hecho, es también la casa que los actuales integrantes de la asociación están construyendo para poder vivir dentro de algunos años.
El proyecto del hogar de convivencia de jubilados se va a financiar con apoyo estatal, aunque será de vital trascendencia el aporte de particulares que deseen contribuir. De hecho, recientemente la AFIP habilitó el certificado de exención para que aquellos trabajadores que deban pagar Impuesto a las Ganancias puedan derivar 5% de lo que abonan en ese concepto para la fundación y la construcción del hogar, contribuyendo para el sueño de éstos y otros lavallinos.
“Además, al habitante de este complejo se le va a cobrar como contraprestación 70% de la jubilación básica y mínima, independientemente de cuánto cobren. Es más o menos lo mismo que gastaría en el mantenimiento de una casa”, sintetizan los integrantes de la entidad.
Proyecto social
La Municipalidad de Lavalle ha aportado el terreno de 1,2 hectáreas donde a fines de esta semana las máquinas comenzaron a hacer la limpieza del terreno. El hogar estará ubicado a sólo 10 minutos de la plaza departamental, en la villa cabecera, y -según coinciden los impulsores- se trata de una zona “residencial y muy tranquila, de bajo movimiento”.
“Hace más de dos años estábamos hablando con el presidente de la asociación (Antonio Quiroga) y nos surgió la pregunta. ‘¿Vos te has puesto a pensar qué va a ser de nosotros en nuestra vejez, con la soledad?’ Y eso fue lo que nos motivó a crear este espacio”, continúan su relato los vecinos lavallinos.
Según destacaron desde la comuna, la iniciativa -con un importante espíritu social y sin fines de lucro- apunta a contar con un lugar que sirva de encuentro para aquellos hombres y mujeres del departamento que, al retirarse de la vida laboral, puedan compartir momentos con sus pares y, a la vez, alojarse en un lugar digno para sus necesidades e intereses. Incluso, justamente al seguir esta línea, una de las condiciones es que cuando alguna persona ya no pueda hacerse cargo de su salud y manutención, no podrá seguir en el hogar, ya que estará muy lejos de ser un hospital.
El establecimiento contará con distintos módulos y cada uno de ellos con tres departamentos. Éstos serán para parejas o para compartir entre dos o tres personas. Todos tendrán su cocina, su sala de estar y sus dormitorios. “Nos mueve la idea de que vamos a poder compartir nuestras vidas y momentos con quienes elijamos”, agregan los miembros de Jardín de Otoño.
Además, contará con espacios comunes en los que funcionarán los talleres, salas de lectura y hasta una cancha de bochas. Asimismo, está contemplada la presencia de un equipo de médicos, enfermeros y personal de mantenimiento.
“Esto es inédito en el país y en el mundo. Existen empresarios que hacen su negocio en geriátricos, cobrando un canon. Pero esto es sin fines de lucro. Y es un proyecto pensado por las mismas personas que vamos a habitar en el lugar. Es como construir tu casa y administrarla”, indicó a su turno José Luis Agustín, otro de los integrantes de la asociación.
Nuevo paradigma
Elvira Ferrero también integra Jardín de Otoño y, según la definieron sus compañeros, tiene el don de sintetizar todo con las palabras justas. “Ver el envejecer no es una decadencia, es reestructurar las funciones y las relaciones. Es planificar nuevamente la vida, adaptándose a los cambios que se producen”, dice haciendo gala de su don al referirse a la original iniciativa.
De hecho, cuando presentaron el proyecto en la Legislatura, fueron varios los diputados y senadores que se mostraron interesados en ella e, incluso, hasta plantearon la posibilidad de proponer este modelo de hogar para jubilados por ley. “Ni en el país ni en el mundo existe algo así, por eso llama la atención”, acotó José Alfredo Araujo.