Si nos atenemos a los anuncios, no quedan dudas de que el gobierno de Mauricio Macri tiene como uno de sus objetivos principales concretar la obra y el funcionamiento del ferrocarril Belgrano Cargas. A punto tal llega esa situación que designó a un hombre para que se ocupe de la tarea, efectuando el anuncio sobre ese aspecto concreto en el mismo momento en que dio a conocer su gabinete.
El principal ramal del Belgrano Cargas cuenta con una extensión de 1.700 kilómetros y vincula regiones productivas del Noroeste y del Noreste del país, incluyendo en ellos los puertos de San Lorenzo, San Martín y Timbúes, en el área de Rosario y Barranqueras, en el Chaco. Esos puertos captarían un tráfico de 4,3 millones de toneladas de granos provenientes de cinco provincias del Norte, donde la producción de granos está creciendo a razón de 9 por ciento anual.
De acuerdo con una nota sobre el tema, publicada en el diario La Nación, se destaca que un plan tentativo y preliminar estima para la carga desde Salta a Timbúes casi dos trenes de granos por día, que se elevaría a 3 diarios en los meses de cosecha, destacando que para cubrir esas necesidades haría falta 46 locomotoras y 500 vagones, además del personal ferroviario correspondiente.
En relación con la economía, se indica que existen por lo menos cinco factores que explican la oportunidad de generar cargas de granos para el Noroeste: la poca disponibilidad de camiones en temporada alta en el NOA, porque la región pampeana absorbe la oferta; el pobre estado de la infraestructura vial y del parque automotor, porque sólo el 30 por ciento de las rutas nacionales y el 11 por ciento de las provinciales están en buen estado, mientras el parque camionero es obsoleto, con un promedio de 22 años; porque el transporte por camión genera uno por ciento de pérdida de carga; por la estabilidad de precio en el caso del ferrocarril mientras los camiones ajustan de acuerdo con los precios de los combustibles y porque el ferrocarril presenta menores costos de transacción porque se consolidan los envíos y la documentación en pocos despachos de grandes volúmenes.
No se puede dudar de las bondades del emprendimiento y de los beneficios que brindará a una parte importante del territorio nacional, pero si se busca un desarrollo coherente para el resto de las economías regionales también resultaría necesario mejorar la infraestructura para el Centro y el Oeste, como es el caso de Mendoza.
Sólo deberíamos recordar que el transporte constituye un componente más que importante para el costo final de los productos, tanto para el mercado interno -porque en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires son el principal mercado- como para la llegada al puerto y las posibilidades de competitividad en los mercados internacionales.
Los “intentos” y anuncios realizados durante la última etapa de la gestión del kirchnerismo no dieron los resultados esperados. Porque se anunció al funcionamiento de un denominado “tren del vino”, que partía de Palmira hasta el puerto, pero que no se utiliza por la lentitud de la marcha, lo que no asegura la llegada en los horarios previstos, y porque por el mal estado de las vías las roturas eran demasiado altas respecto de la carga. También con un acto que formó parte de la famosa “cadena” se hizo alusión a un tren que llegaba desde Mendoza transportando mercaderías hasta el Mercado Central de Buenos Aires, pero sólo se trató de una formación de cuatro vagones.
Mendoza, que por una cuestión de afinidad política puede tener un acceso más directo a las nuevas autoridades nacionales, debe insistir para que las inversiones en transporte, como sucede con el Belgrano Cargas en el Noroeste, también alcancen a nuestra provincia, porque redundaría en un importante beneficio para gran parte de la producción local, que puede extenderse a otras provincias, como sucede con San Juan, San Luis y gran parte de Córdoba.