El cambio climático afectará de una u otra manera a todos los puntos del planeta, pero en las regiones áridas -ubicadas entre los 30 y 40 grados de latitud norte y sur-, como nuestra provincia, los efectos más importantes se darán en la variable disponibilidad del agua. Según los expertos, habrá mayor cantidad de años de sequía y otros en los que se esperan grandes inundaciones. En este sentido, el principal desafío es la adaptación a estas nuevas condiciones para reducir el impacto en la sociedad.
En Mendoza el tema ya está en la agenda e incluso se están comenzando a llevar adelante acciones con este propósito. Uno de los organismos más involucrados es el Departamento General de Irrigación (DGI), encargado de la gestión del agua en la provincia, desde donde hacen hincapié en la búsqueda del financiamiento para poder encarar una modificación en el sistema de riego de todo el territorio.
“El agua es el factor que enfoca el cambio climático para la sociedad en estas regiones áridas porque también tiene impacto en los demás sectores, como salud y educación, entre otros, pero en producción agrícola y en la prestación de agua en las ciudades es fundamental”, remarcó Christopher Scott, profesor de Investigación de Recursos Hídricos y Políticas Públicas de la Universidad de Arizona (EEUU). El docente fue invitado por el DGI a participar del seminario “El agua como factor estratégico de desarrollo en un contexto mundial de escasez”, que se realizó el miércoles pasado en Buenos Aires (ver aparte).
El experto detalló que los modelos de circulación general de la atmósfera indican que con el tiempo cada vez va a ser mayor la variabilidad en la disponibilidad del agua. “Habrá un notable decrecimiento en la precipitación pluvial y nival. Esto quiere decir que Mendoza, al igual que Arizona -de donde proviene el investigador-, vamos a experimentar sequías más prolongadas, que pueden ser de 5, 8 o hasta 10 años. También años normales e inundaciones”, explicó.
Lo que para él es seguro es que la escasez hídrica va a ser un fenómeno en el futuro. “Para estar preparado para estas situaciones es necesario contar con un rango de respuestas duras y otras blandas”, manifestó Scott.
Las primeras se refieren a nueva infraestructura, como diques y reservorios, pero que reconoce que generan una serie de impactos sociales, ambientales y además tienen un costo muy alto. Las segundas aluden a mecanismos más manejables como cultura del agua, educación, precio, derechos de agua y la parte legal normativa. “Lo fundamental es buscar soluciones flexibles, tanto en obras como en sistemas de gestión para que puedan adaptarse”, destacó.
Por su parte, Holm Tiessen, director ejecutivo del Instituto Inter-Americano para la Investigación del Cambio Global, remarcó que el cambio climático no es un panorama del futuro. “Ya lo estamos viviendo, lo que necesitamos son los procesos de adaptación y para determinarlos tenemos que pensar en los límites de la variabilidad que conocemos hoy, sabiendo que se van a acentuar en el futuro próximo”, precisó.
Para que esto ocurra, según su visión, será de vital importancia que trabajen en conjunto la ciencia y la política. “Que haya cierta fluidez en el diálogo de ambos sectores para asegurarnos que trabajen en colaboración para el bien de todos”, señaló.
Acciones de Irrigación
Para poder actuar frente a esta nueva realidad, desde Irrigación ven como prioritario incorporar a la agenda nacional el tema del uso del agua. “Es imprescindible buscar recursos tanto nacionales como internacionales para solucionar los problemas que estamos avizorando en el futuro. Esta variabilidad implica que vamos a tener que hacer inversiones para poder adecuarnos”, expuso José Luis Álvarez, titular, del DGI, quien subrayó que nuestra provincia tiene la superficie irrigada más importante del país.
Desde el organismo ya han comenzado a desarrollar algunas acciones y obras con este propósito. Una de ellas son grandes reservorios de agua pensados para almacenar agua de lluvia y eficientizar el sistema de riego. “Con esto estamos empezando. Hemos hecho los dos primeros reservorios, pero estimamos que en la provincia de manera inmediata será necesario contar con 2.500”, detalló la máxima autoridad del gobierno del agua.
Una segunda decisión fundamental es avanzar en la impermeabilización de los canales para que el agua que se distribuye no se pierda.
“En Mendoza tenemos 12.500 kilómetros de canales y sólo 1.800 están revestidos, por lo que es fundamental ver cómo bajamos los costos”, aseguró.
Otra medida de gran importancia es tecnificar el riego en las fincas, ya que actualmente el agro utiliza el 92% del agua disponible en nuestra provincia; el 7% se destina para abastecimiento poblacional y el 1% restante para uso industrial. “No queremos reducir ese porcentaje utilizado en el agro, sino que queremos aumentar la eficiencia para poder ampliar el oasis para generar más trabajo. Es un gran desafío porque si no se logra, nuestra matriz de crecimiento vegetativo va a disminuir porque no vamos a tener ni el agua, ni la posibilidad de generar empleo”, explicó Álvarez.
Con respecto al tema, el titular del DGI detalló que si hoy el oasis alcanza el 3,5% de la superficie de nuestra provincia, es necesario llegar al 7% con la misma cantidad de agua.
Para avanzar en este sentido, se está llevando adelante un plan de medición de humedad para comprobar que el agua que llega a la finca es la necesaria y evitar excesos. “Hemos planteado hacer 2.000 puntos de medición y sensores de humedad para avanzar en el ahorro del agua”, informó Mario Salomón, secretario de Gestión Hídrica. Actualmente la provincia cuenta con 250 puntos de medición y se estima llegar en diciembre a los 500, para continuar con los restantes entre 2016 y 2017.
Un último aspecto en el que se está trabajando es en la reutilización de efluentes sanitarios que hoy se desaprovechan. “En total se reutiliza agua para regar 9.000 hectáreas de cultivos restringidos especiales denominados ACRE, pero queremos llegar a las 45.000 hectáreas en 10 años”, especificó Salomón. Según enumeró, hay 7 plantas depuradoras en la provincia.
“Pero hace falta avanzar en el Valle de Uco, donde hoy día vuelca directamente al río Tunuyán, General Alvear, Cuadro Nacional en San Rafael y Junín en la zona Este”, aseveró.
Cambio climático, el desafío del próximo presidente
El próximo 1 de diciembre se desarrollará en París una nueva Cumbre sobre el Cambio Climático. Allí se espera que los 196 países presentes se comprometan definitivamente para una reducción de loas gases de efecto invernadero y así disminuir el impacto del cambio climático global.
“La Argentina tiene que presentar una propuesta ante la asamblea de Naciones Unidas antes del 30 de septiembre”, explicó Alieto Guadagni, ex Secretario de Energía de la Nación. El problema, según planteó, es que la sesión de la ONU termina el 11 de diciembre y por ello quien va a firmar el acuerdo definitivo va a ser el presidente que salga electo. “Va a ser su primer acto como mandatario y por eso el gobierno debería ya estar convocando a las organizaciones, a la comunidad científica y a todos los que se preocupan por el tema para elaborar un documento consensuado”, aseguró, a la vez que remarcó que se trata de una propuesta que tiene que representar el interés general y que preserve la tierra como “nuestra casa”.
Según su experiencia, el documento debería marcar un sendero claro hacia la reducción de las emisiones contaminantes, desarrollo de las energías limpias y nuevos modos de consumo de energía. “Algunos puntos importantes a tener en cuenta son hacer más eficiente el transporte público y de carga, y la industria automotriz, así como las normas que permitan aumentar la producción pero reducir el consumo de energía. Además de normas edilicias, hasta normas tributarias que incentiven la construcción de edificios inteligentes que ahorren energía”, enumeró Guadagni.
Encuentro en Buenos Aires
En la ciudad de Buenos Aires se desarrolló el miércoles pasado el seminario “El agua como factor estratégico de desarrollo en un contexto mundial de escasez”, organizado por el Departamento General de Irrigación de Mendoza, el Centro Argentino para las Relaciones Internacionales, la Universidad de Arizona y la Embajada de los Estados Unidos.
El encuentro contó con especialistas que abordaron en profundidad las implicancias del cambio climático en Argentina y en el mundo, así como los desafíos actuales que presenta este panorama en torno al agua y a la producción.