El futuro de los árboles

El futuro de los árboles
El futuro de los árboles

La historia del ser humano en cuanto a su vivencia en este planeta, ha sido acompañada por todo tipo de vegetales donde cabe destacar el rol del árbol. Su amplia gama de características a través de las décadas, acompañó su uso en todo el planeta tierra.

Está de más citar las distintas características de los árboles, como medida para frenar la contaminación en las ciudades. Quienes poblamos este mundo estamos ante una realidad que nos debe preocupar: ni más ni menos que nuestra subsistencia. ¿Está en peligro nuestra vida ante la falta de actitud seria de proponer medidas para revertir esta situación? ¿Qué papel deben jugar los países?

Todos tienen que asumir su responsabilidad comenzando por las grandes potencias, en cuanto al uso y abuso de los recursos naturales.

La Organización Mundial de la Salud, (OMS) expresa con seriedad la realidad actual: "Más del 80% de las personas que viven en áreas urbanas del planeta (donde se monitorea la calidad del aire) están expuestas a niveles de contaminantes que superan los límites recomendados".

El Director Ejecutivo de la ONU (en referencia al Medio Ambiente), Erik Solheim, dijo: "La contaminación es un desafío universal".

La Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, a celebrarse del 4 al 6 de diciembre de 2017 (en Nairobi, Kenia) plantea como tema la contaminación central. Aportando también que "la contaminación es un desafío universal que amenaza a la vida silvestre, devasta los ecosistemas y mata a millones de personas cada año, pero la buena noticia es que ya sabemos lo que debemos hacer para prevenir la polución y reducirla".

Lo último expresado (basado en estudios realizados), nos permite contar con medios de prevención.

¿Qué proponemos para contrarrestar? Hacer hincapié en un conjunto de cinco mensajes globales a saber:

1) Un convenio mundial sobre la contaminación haría de la prevención una prioridad para todos.

2) Debe fomentarse el consumo y la producción sostenible (mediante el uso eficiente de recursos y cambios en el estilo de vida). Además, la reducción de desechos y su gestión deben ser priorizados.

3) La gobernanza ambiental debe ser fortalecida en todos los niveles.

4) La inversión en producción y consumo (más limpios) ayudará a contrarrestar la contaminación.

5) Las alianzas y colaboraciones entre múltiples actores interesados son vitales para la innovación, el intercambio de conocimientos y la investigación (transdisciplinaria) necesaria para desarrollar soluciones tecnológicas basadas en los ecosistemas.

A no dudarlo, las ciudades contribuyen al cambio climático, debido a la forma en que producen y consumen (generando: energía y movilidad). A causa del modelo de vida gestado en Europa (a partir de la revolución industrial) es altamente dependiente de los combustibles fósiles. Por lo expresado, los entornos urbanos son también muy vulnerables al cambio climático. Es por demás entendible lo que se plantea en pos de mejorar nuestro sistema de condiciones de vida humana, donde aparece con toda nitidez el papel del árbol.

Los árboles extraen contaminantes en dos formas, según explica David Nowak, quien ha investigado su impacto en las ciudades más de 20 años y trabaja con el Servicio Forestal de Estados Unidos en Siracusa, en el Estado de Nueva York: "O bien incorporan gases y contaminantes a través de las estomas en sus hojas o capturan partículas en la superficie de sus hojas". Las estomas son los poros o aberturas regulables, en la epidermis de las hojas de las plantas. "Es lo mismo que los seres humanos que, o bien inhalan partículas o las captan en su ropa", agregó Nowak.

Durante el día, los árboles también evaporan agua reduciendo la temperatura del aire. Es más que llamativo las tareas que manifiestan.

Históricamente Mendoza se identificó (a partir del siglo XX) con la nueva ciudad (pos- terremoto), planteando el esquema de damero (manzanas de 100 m x 100 m) que se acompañan en la circulación peatonal por la arboleda y la cuneta que genera la circulación del agua.

La realidad que nos toca ver es "la falta de manteniendo de la arboleda y la falta de agua en las cunetas".

Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Los Andes.

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