Maxi Salgado - Editor de Más Deportes papel - msalgado@losandes.com.ar
Paremos con la locura. El fútbol argentino y mendocino volvieron a vivir una semana conflictiva. Tormentosa. Plagada de despidos y suspensiones.
Cualquier similitud con la realidad del país, ¿es pura coincidencia? La diferencia es que en el deporte no hay "ñoquis" que justifiquen los desempleos.
En este ámbito, el gatillo fácil es cuestión de todos los días y así se alimenta un estado de nerviosismo que se traslada, no sólo a la cancha o las tribunas, sino también a la dirigencia. Esto quedó evidenciado, en la Plata, tras el clásico de Estudiantes y Gimnasia, donde los dirigentes del Lobo terminaron a las trompadas con los jugadores.
En el medio de esa fiebre de exitismo, hubo dos técnicos que tuvieron que dejar su cargo. El propio Pedro Troglio en Gimnasia y Mauro Camoranesi en Tigre. Ellos se suman a Claudio Vivas que ya sabía que mañana (tras enfrentar a River) dejará su cargo.
Son ocho, un alto promedio si tenemos en cuenta que el torneo lleva recién 7 fechas. La misma cantidad de estrategas fueron reemplazados en el torneo del año pasado en la misma cantidad de jornadas.
En lo que respecta a nuestra provincia. Daniel Córdoba asumió en lugar del Pitu Canedo, quien había reemplazado a Pablo Quinteros en Independiente Rivadavia. Así la Lepra tiene el récord de llevar tres técnicos en apenas dos meses de competencia.
A este ritmo, tendrá una docena de adiestradores por año. Y también se fue Sergio Scivoletto de Maipú. Para muchos, una enfermedad lo había dejado sin fuerzas, para otros fue la excusa justa para el retorno de un histórico de la institución: Carlos César Sperdutti.
Y, lo peor, es que hasta se habla de otros que están en la cuerda floja.
Los resultados en el deporte, como también ocurre en la vida, se consiguen con un proceso de trabajo y eso lleva tiempo. Nada se hace por arte de magia. Cuando los dirigentes e hinchas se convenzan de eso, la historia e histeria tendrán un transcurrir mucho más feliz.
A la hora de actuar con la pasión y no con la razón, los clubes olvidan que se encorsetan en tener que pagar dos y hasta tres contratos al mismo tiempo y todos sabemos que, en el caso de los técnicos, son bastante abultados.
Después los dirigentes se quejan de que los números no les cierran. Y salen a pedir auxilio el que, casi en exclusividad, llega desde el Estado.
Conocedor de eso, Mauricio Macri reflotó esta semana su idea de impulsar el ingreso de empresas en la administración de los clubes de fútbol para que convivan con las asociaciones civiles.
“No puede ser que haya dirigentes irresponsables que desfalcan al club, se hacen ricos ellos o son incapaces y no tienen consecuencias”, sostuvo Macri, y agregó que “si el club va a la quiebra y desaparece uno no puede ser de otro equipo, se te muere algo dentro tuyo. Hay que aceptar que los modelos evolucionan y habrá que convivir”.
Lo mismo que pregona Gianni Infantino desde la FIFA y que se puso en el tapete en nuestra provincia en las últimas horas. De hecho, la suspensión de las competencias de divisiones inferiores es una muestra gratis de lo que afirmo.
Mientras desde la Liga Mendocina se le pide al Gobierno un dinero para poder paliar los gastos que tienen los clubes y hacen ver que ellos le dan contención a 25.000 chicos, desde la Subsecretaría de Deportes aseguran que no hay presupuesto y van más allá: “El Estado no puede estar salvando permanentemente al fútbol, habría que replantearse por qué el fútbol es tan costoso”, dijo Federico Chiapetta.
Mientras, los chicos hicieron largas colas en la calle Garibaldi para firmar y de eso nadie se preocupó.
Si los dirigentes no entienden que deben ser creativos si quieren ocupar un lugar en los clubes, la locura seguirá afectando a todos.