La vida se plantea de diferentes formas, con distintas actualidades y maneras de sobrellevarlas.
Algunos tienen la suerte de vivir de los que les gusta y otros tratan de “caminar” su vida de la mejor manera posible y con las armas que el destino les dio.
Algunas veces aparecen personas que hacen cambiar el paradigma de la vida y buscan darle oportunidades a personas que no las tuvieron, ya sea con un trabajo, un consejo o con la oportunidad de conocer otro mundo.
En este caso ese mundo es el fútbol, que así como el boxeo, son disciplinas que son más abiertas para las personas que no tuvieron la chance de tomar otro camino en su vida. Pero siempre hace falta alguien que capitanee ese barco.
En este caso las chicas del Cedrys 8 de Las Heras se encontraron con Claudio Ulloa, jugador de Gimnasia que divide su día entre los entrenamientos con el Lobo y las prácticas con las chicas.
Allí el “Baba” comenzó con un grupo pequeño de chicas, pero con el correr del tiempo el número se fue agrandando.
"Siempre les digo a las chicas que si quieren sumar a otras amigas que lo hagan porque acá, además de aprender van a divertirse. Ahora trabajamos con 26."
Fue toda una experiencia llegar hasta ese Cedrys y encontrarse con ese grupo de féminas corriendo alrededor de la cancha, ya que jugaban un amistoso contra otro equipo del Cedrys 15. Mientras algunas no paraban de dar vueltas en la cancha, otros tenían que frenar su carrera para darle la teta a uno de sus hijos que la esperaba atrás de un arco.
Les pedimos que se junten y las chicas de la nota (las del Cedrys 8), llaman a sus contrincantes momentáneas para que participen de la foto junto con los profes. En el medio, un grupo como de 15 chiquitos terminaban de entrenar. "Arrancaron poquitos, pero ahora se pueden armar como cuatro equipos", nos cuenta Ulloa, nuestro anfitrión.
Las historias que se escuchan superan la credibilidad de este cronista, ya que muchas se abren y cuentan cosas que avasallan los sentimientos y agradecen de la aparición del fútbol en sus vidas porque les sirvió para alejarse de cosas que sólo lastiman.
La mayoría tiene la colaboración de sus parejas, ya sea acompañando a los entrenamientos y partidos y quedándose en casa a cuidar a los niños, ya que para algunas llegar hasta Las Heras es todo un viaje que comprende dos y hasta tres colectivos para llegar a encontrarse con un grupo de mujeres que se contienen entre sí.
"Hay chicas que vienen de diferentes lugares de Mendoza y la verdad es que hacen un gran esfuerzo para llegar a los entrenamientos y a los partidos."
“Empecé a jugar al fútbol con hombres, pero acá nos tratamos de ayudar entre todas, nos aconsejamos cuando alguna tiene un problema con los maridos. La verdad es que es un grupo de amigas y aprendemos a convivir con personas de diferentes personalidades. Siempre invitamos a otras chicas para que se sumen y dejen la calle porque está muy peligrosa”, cuenta Jennifer Micaela Olivares, la capitana del Cedrys 8.
“El fútbol no saca de la calle y de los vicios como las drogas o el cigarrillo porque si fumás te hace mal. Está bueno porque te apoyan para que seas alguien más en tu vida”, confiesa Camila Díaz, la referente del Cedrys 15.
El responsable que estas chicas tengan este tipo de oportunidades es el “Baba” Ulloa que tiene su origen en Las Heras y no dudó en darle una mano a gente que lo necesitaba.
“La verdad es que esto fue nuevo para mí porque nunca entrené un equipo de mujeres. La Municipalidad de Las Heras me dio la oportunidad trabajar en este Cedrys y trato de combinarlo con los entrenamientos. Arrancamos con pocas chicas y ahora tenemos a varias que vienen de varios sectores de Mendoza para entrenar y jugar. Cuando no puedo venir, mi hermano me da una mano”, confesó el “Baba”.
"Uno de mis objetivos es que puedan llegar a jugar en un club para que puedan tener un mejor futuro. Hace poco una empezó a entrenar en Gimnasia."
Uno de los objetivos de este trabajo que está haciendo Claudio es poder sumar más chicas y sacarlas de la calle: “Siempre les digo a las chicas que si quieren sumar a otras amigas que lo hagan porque acá, además de aprender van a divertirse. Ahora trabajamos con 26 chicas”.
Trabajar con diferentes historias hace que cada día Ulloa se vaya a su casa con mil historias nuevas: “Todos los días te llevás algo nuevo, hay cosas que no se ven en todos lados. Hay situaciones que para nosotros son cotidianas, para otros sería algo increíble”.
El “Baba” tiene como objetivo profesionalizar a sus jugadoras y así darles una mano para que tengan una mejor vida: “Uno de mis objetivos es que las chicas puedan llegar a jugar en un club para que puedan tener un mejor futuro. Hace poco una de las chicas que empezó a entrenar con nosotros, hoy está jugando en Gimnasia. Este es el fútbol real, esto es un potrero de cemento, acá las contenemos y tratamos que tengan un norte en su vida”, cerró Ulloa, el verdadero hacedor de sueños de este grupo de princesas.
Las historias mínimas de los cedrys
Micaela Díaz (izquierda) es la capitana del equipo del Cedrys 15 y cuenta su historia: “Llegamos al Cedrys, después de jugar mucho en la calle. Preguntamos y nos pusieron un profe. Llevo 9 años jugando al fútbol y me buscaron de Boca de Bermejo, Maipú o Real Mendoza pero nunca quedé porque los clubes no me dejaban jugar mis amigas en el barrio. Preferí jugar con ellas que en un club”.
Nos trasladamos hasta la capitana del Cedrys 8, Jennifer Micaela Olivares (derecha), la referente y organizadora de este equipo:“Cuando llegó Claudio nos ayudó mucho y nos acompaña. Yo llevo dos años jugando al fútbol y es algo muy lindo. Para mí es complicado porque soy mamá, tengo tres hijos y vivo lejos. Ahora que tengo a alguien que me apoya, le estoy poniendo muchas pilas y la verdad es que la paso muy bien”.