El fútbol argentino, en crisis y especializado en exportar jugadores

Debido a la mala situación económica que viven los clubes de nuestro torneo, la mayoría de los integrantes de la Selección se fueron a Europa antes de cumplir la mayoría de edad.

El fútbol argentino, en crisis y especializado en exportar jugadores
El fútbol argentino, en crisis y especializado en exportar jugadores

El fútbol argentino, otrora cuna de estrellas, se ha convertido en una industria que exporta a sus más prometedores jugadores en busca de dinero, y cuya liga no pasa por su mejor momento pero que sueña con ser campeón del mundo 28 años después de su último título.

El esplendor del campeonato local es cosa del pasado. La época en la que figuras como Daniel Passarella, Ariel Ortega, Ricardo Enrique Bochini, Martín Palermo, Marcelo Gallardo, Mario Kempes o Gabriel Milito defendían las camisetas de los clubes más importantes de Argentina ha dado paso a un torneo que sirve de escaparate para los más jóvenes.

Así es que, en los últimos diez años, Argentina, el país que más títulos de la Copa Libertadores tiene en su haber con 22, sólo cuenta con dos equipos campeones: Boca en 2007 y Estudiantes de La Plata en 2009, con Sabella como técnico.

Además, clásicos de la talla de River e Independiente de Avellaneda, dos de los equipos más laureados del país, han vivido su particular infierno personal recientemente al sufrir sendos descensos de categoría a la Nacional B.

La profunda crisis económica de principios de siglo y la constante inestabilidad del país a nivel financiero han minado las arcas de los equipos locales, que hoy se conforman con seguir existiendo a través de las ventas de sus más talentosos y aún imberbes proyectos de estrella.

Adolescentes rumbo a Europa

Argentina entera sueña con la tercera estrella de campeón del mundo desde hace casi tres décadas, desde que la leyenda Diego Armando Maradona llevara a su país al título en México ‘86. Después, la nada... ¿hasta hoy?

El escenario, el mítico Maracaná, parece el ideal para ello. Un templo del fútbol, en el país del fútbol por antonomasia y con un jugador, Lionel Messi, que quiere derribar el único muro que le falta en su eterna comparación con su ídolo Maradona: levantar la Copa del Mundo para su país.

La “Pulga” es el ejemplo perfecto de lo que es, hoy en día, el fútbol albiceleste.

El delantero abandonó su ciudad natal, Rosario, con sólo 13 años, en busca de un futuro mejor en Barcelona. En el equipo español sumó cuatro Balones de Oro, tres Ligas de Campeones y seis Ligas entre otros muchos títulos, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores de la historia lejos de su casa.

Messi nunca jugó en Argentina profesionalmente. Varios de sus compañeros sí lo hicieron pero abandonaron su tierra tras sólo un puñado de partidos rumbo a Europa.

Es el caso, por ejemplo, de Sergio Agüero, que debutó en Independiente con 15 años y, con 18, firmó por el Atlético de Madrid por cerca de 25 millones de euros.

Gonzalo Higuaín también aterrizó en la capital de España tras estrenarse con la camiseta de River con 18 años y fichar por el Real Madrid con 19 por más de 10 millones de euros.

Ángel Di María se vistió por primera vez la casaca de Rosario Central con 17 y emigró a Portugal, al Benfica, con 19. Hoy brilla con luz propia en el campeón continental.

Incluso el héroe ante Holanda en las se mifinales al atajar dos penales en la decisiva tanda final, el arquero Sergio Romero, hizo las maletas con 20 años, dejando atrás su Racing de Avellaneda para ponerse los guantes del AZ Alkmaar holandés.

Tan lejos, tan cerca

Muchos argentinos no han visto o no recordarán haber visto a muchos de estos jugadores con las camisetas de los equipos locales. 
Los descubren cuando llaman la atención en el "Viejo Continente", con actuaciones destacadas por prensa y crítica y comienzan a vestirse la albiceleste.

No en vano, los únicos que han tenido minutos en el Mundial y juegan en la liga local son Maxi Rodríguez (Newell’s), que salió desde el banco ante Holanda y desarrolló toda su carrera en España (Espanyol y Atlético de Madrid) e Inglaterra (Liverpool), y Fernando Gago (Boca Juniors), que perdió su lugar en el equipo titular en detrimento de Lucas Biglia y Enzo Pérez.

Javier Mascherano brilló en River antes de fichar por el Corinthians con 21 años para, posteriormente, desembarcar en Inglaterra. Primero el West Ham y más tarde el Liverpool, antes de reunirse con Messi en el Barcelona.

Hoy, el “Jefecito” representa como nadie el plan de juego del director técnico Alejandro Sabella.

Mascherano es sacrificio, solidaridad, esfuerzo incansable, energía y rigor táctico, las señas de identidad de una selección donde sólo Messi se sale de la norma.

Los argentinos triunfan lejos de Argentina pero son Argentina. Brillan lejos pero se sienten cerca. Su campeonato no luce como antes, sus jugadores abandonan el país como semianónimos para regresar convertidos en estrellas.

Hoy están a 90 minutos de ser campeones del mundo en Brasil, el escenario idílico que ocupaba el imaginario de todos sus habitantes antes del inicio del Mundial.

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