El FMI y una crisis de cambio de manual - Por Luis Ojea

El FMI y una crisis de cambio de manual - Por Luis Ojea
El FMI y una crisis de cambio de manual - Por Luis Ojea

"Si  ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, estás peor que antes" Confucio

Esta crisis de cambio sintetizada en la palabra FMI, está signada por otra: recalcular.

En realidad, es una más de las sucesivas crisis que vamos a tener durante esta larga transición de cambio cultural en las que estamos metidos, muy a pesar nuestro y donde el manual de cambio nos recuerda que las grandes transformaciones culturales solo avanzan por crisis que deben ser superadas, para generar madurez junto a nuevos y amplios escenarios, en su proceso hacia el futuro.

Los actores del sistema socio cultural y político en transición

* Los que conducen hacia el futuro están recalculando y buscando por dónde está la puerta de salida.

* Los que quieren frenar este proceso están convencidos "ahora más que nunca" que hay que volver al pasado, sea el kirchnerista o peronista.

* Los que quieren parecer que cambian pero no quieren cambiar nada, se les ha mezclado mal el libreto y algunas hojas se les han perdido.

* En el medio hay cada vez más gente confundida y desorientada.

Cada actor de este proceso en detalle

* El Presidente Macri y su gente empezaron por no tener pleno conocimiento de la magnitud del problema que enfrentaban, creyeron que era cuestión de poner plata y ajustar algunas clavijas del sistema político y judicial y después de las últimas elecciones, se convencieron que tenían asegurados los votos por dos elecciones más. Ahora se han empezado a dar cuenta que el problema a afrontar es descomunal, como lo es todo proceso de cambio socio cultural, en tanto afecta a la sociedad en su conjunto y después de engolosinarse con la reelección, están recalculando, porque lo que está en juego es todo el proceso de cambio, incluida la gobernabilidad del entero sistema político y no unos cuantos cargos más o menos importantes a ganar en las elecciones de 2019.

* El periodismo (que en su mayoría es populista pero con muchos que aún no lo saben) se rasgó las vestiduras y el ejemplo más claro fue Alfredo Leuco que el día que escuchó FMI se brotó como los árboles en primavera y el populismo le salió por los poros. Pidió que volvieran Prat Gay y Melconian para ver si arreglaban el problema de la corrida cambiaria, por estar "mal echados" por Macri; dos campeones de la patria financiera, para luego recalculando y un poco más calmado, empezó a pedir un acuerdo político y social nacional.

* La nunca bien ponderada Mirta está brotada de populismo desde hace como un año y no puede sacudírselo.

* El radicalismo partido en dos, de lo poco que queda, se debate entre los que quieren el pasado como Ricardo Alfonsín y una serie de "escondidos", que están esperando que aclare para salir, pero que no saben que cuando aclare ellos pueden desaparecer y los que buscan un poco de futuro como Ernesto Sanz, Gerardo Morales y Alfredo Cornejo, que se debaten entre pedir cargos y puestos en las listas para las elecciones del año que vienen el populismo que llevan adentro o dar un poco de gobernabilidad y apoyo real al cambio cultural.

* El peronismo "serio", "blanco"," racional", "federal" o como lo quieran llamar, con Miguel Pichetto a la cabeza, está buscando dónde quedó la puertita del medio, pero está tan chiquita que no pueden verla bien.

* En el peronismo "k" están todos unidos en el club del helicóptero para voltear al gobierno: tarifas, un paro de subtes con seiscientas mil personas varadas, piquetes, marchas, calles con "defensores de la patria" y todo esto con el apoyo de los "ex - centristas" Massa y sus muchachos que se volvieron rapidito al pasado, porque "no se puede confiar en la gente: un día están de una lado y al otro día del otro", siendo los autores del impuesto a los fondos financieros extranjeros que afectó a las Lebac, famosas por estos días.

* Lilita Carrió, que cuando se aparta de sus temas centrales: la corrupción y la defensa de la República, le sale "su" populismo y se brota toda.

* Los gobernadores e intendentes se mueven entre la agonía y el éxtasis, declaman acuerdos con Macri y en el Congreso le votan a favor de la anulación de tarifas. Cubiertos con la plata que ya les envió el gobierno nacional, buscan que el costo del ajuste para bajar el déficit lo pague Macri y representan el grueso del gasto en empleados públicos del país. Quieren ganarle a Macri en cada provincia e intendencia, pero por otro lado, quieren sacarse de encima el remanente kirchnerista. Declaman cambios en la acción política y son lo más retrógrado en cuanto a práctica política se conoce y si algo han aprendido es como permanecer sin comprometerse y el doble discurso.

* El sindicalismo, desaparecido o en desaparición, cada día está con menos libreto, más pasado y casi nada de futuro.

* Los industriales, que añoran el mercado cautivo que les dio la "Jefa", se debaten entre seguir pidiendo arreglos sectoriales y subir los precios o dedicarse a gerenciar en serio para bajar costos, ganar competitividad, invertir y aumentar la demanda de trabajo.

Conclusión

Esta crisis ha puesto al desnudo nuestra real fragilidad e inmadurez profunda como sociedad, para afrontar en serio los desafíos a fin de convertirse en una sociedad seria, predecible, coherente, madura y sana.

Está obligando a la dirigencia en general a tener que tomar partido por el futuro o el pasado.

Está exigiendo consensos y acuerdos básicos que apunten a resolver los problemas estructurales de más de setenta años y a la dirigencia política en particular, que deje el discurso demagógico o de barricada eleccionaria y se decida a resolverlos mediante nuevas e inéditas soluciones definitivas.

O nos esperan nuevas crisis, porque a decir del manual, así es la lógica ineludible del cambio cultural.

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