El Fondo Monetario Internacional destrozó ayer en un informe de 4 páginas todo el andamiaje que los europeos pusieron en pie el fin de semana para rescatar a Grecia. Considera que los objetivos fiscales son casi de ciencia ficción; que las previsiones de crecimiento son demasiado optimistas; que los 82.000 millones de euros de rescate que plantea Europa son, por mucho, insuficientes; que los bancos tienen una gestión lamentable y que es una quimera que una economía como la griega mantenga un superávit fiscal del 3,5% “durante décadas” como le exige el plan europeo.
El FMI pide una profunda reestructuración de deuda porque es “altamente insostenible”. Sin hacer una quita, Europa tendría que extender los vencimientos y darle a Grecia un período de gracia de al menos 30 años. El informe cayó como una bomba en Bruselas y es una pesadilla para Berlín, porque pone por primera vez negro sobre blanco que Grecia -y eso abre la puerta a otros países en el futuro- necesita directamente transferencias de capital o una moratoria de la deuda.
La deuda pública griega era en 2009 el equivalente al 120% de su PBI. Ahora mismo, tras dos rescates llega al 177% y según el informe de los técnicos del Fondo -que contradice, también en esto, las previsiones europeas- se irá hasta el 200% de aquí a dos años y en 2022 seguirá por encima del 170%, cuando en los documentos del rescate se estima en 142%.
El texto dice literalmente: “El dramático deterioro de la sostenibilidad de la deuda hace necesario un alivio de la deuda en una escala que va mucho más allá de lo considerado hasta la fecha y de lo propuesto por el Fondo de Rescates Europeo” e incluso habla de “transferencias de capital al presupuesto griego”, financiación directa, un anatema en Bruselas y Berlín porque llevaría a Europa hacia una “unión de transferencias”, un escenario de pesadilla en las capitales del norte de Europa.
Un alto funcionario del FMI dijo que el Fondo no participará en el rescate si Europa no hace frente a la deuda griega. Sus normas le impiden participar en un rescate si sus técnicos consideran que las previsiones de sostenibilidad de la deuda no son realistas. En el plan europeo se planea que el Fondo ponga un 25% de la plata necesaria para rescatar a Grecia, unos 16.400 millones de euros.